¡Qué suerte tuvo el «Homo antecesor»!

Rafael Arriaza
Rafael Arriaza AL DÍA

OPINIÓN

09 abr 2019 . Actualizado a las 08:34 h.

La petición del presidente de México de una disculpa formal por los desmanes cometidos por los españoles hace 500 años de nada por aquellas tierras encaja perfectamente con la evolución hacia la majadería que vivimos. Ya ni nos sonrojamos al oír o leer salidas de pata de banco de este calibre, pero puede que tenga un punto de lógica. Veamos: aún no tengo claro hasta dónde nos podemos retraer para que la petición de disculpas pueda tener sentido, pero supongo que hasta el homo antecesor sí que podemos llegar sin sonrojarnos, ¿no? ¡Qué suerte tuvo el homo antecesor de extinguirse! De lo contrario, alguien de algún grupo de los múltiples ofendiditos que proliferan hoy les exigirían que se disculpasen públicamente por haber tolerado que -hace tan sólo 800.000 años- entre sus miembros se practicase el canibalismo. Seguramente más de una manifestación recorrería los montes de Atapuerca y se organizarían campañas en Internet para desagraviar a sus víctimas, con el noble empeño de obligar a sus descendientes a pedir perdón a diestro y siniestro por un comportamiento tan antinatural. No logro entender aún que el colectivo de descendientes morales de los neandertales no estén ya organizándose para pedir a los sapiens del planeta una disculpa por haberlos expulsado y aniquilado -hace sólo 40.000 años- de sus territorios en Europa y Asia; y, ya puestos, que les sean devueltos todos aquellos territorios a sus descendientes o, en su defecto, a los organizadores del sarao reivindicativo.

 Del hecho de que los aztecas, mexicas y demás pobladores de la América prehispánica practicasen el canibalismo ritual, realizasen sacrificios humanos y otras pequeñeces, también podrían protestar los descendientes de sus víctimas… pero parece que no quedó ninguna para hacerlo. Yo sugeriría que se abra una profunda investigación, que tal vez podría dar pie a media docena de sesudas tesis doctorales de paso, para encontrar a algún pariente de las mujeres (que, ojito, tenían que estar embarazadas, y eso no suele producirse por casualidad mientras se está prisionera) y niños españoles que fueron atrapados y sacrificados por los aztecas en honor de Huizilopochtli -su dios de la guerra, para que les ayudase en la lucha contra los conquistadores- alrededor de 1520, hace tan sólo 500 años, para que pidan al Gobierno mexicano que se disculpe por carta pública y burófax.

Y para no olvidar a nadie, es menester instar al Gobierno español a pedir de inmediato -ya lo hemos dilatado demasiados siglos- y decidida una solemne disculpa a los países árabes por las atrocidades cometidas en nuestro territorio por las huestes de Tariq y de Almanzor contra la población cuando no aceptaban por las buenas cederles sus provisiones, tierras y (de nuevo) mujeres. Con estas medidas de ajuste histórico podremos, sin duda, empezar a construir un mundo mucho mejor para nuestros hijos.