España no quiere a la ultraderecha

Sofía Vázquez
Sofía Vázquez ARTEIXO

OPINIÓN

SUSANA VERA | REUTERS

29 abr 2019 . Actualizado a las 16:45 h.

El protagonismo de estas elecciones generales se lo llevó y se lo seguirá llevando en las próximas semanas Vox, el partido que no participó en los debates a cuatro de las televisiones. Varios fueron los motivos.

Primero: una parte de la ciudadanía salió a la calle para impedir el ascenso de la formación de Santiago Abascal. El voto masivo demostró que España no quiere a la ultraderecha.

Segundo: visto los resultados, la salida de Vox del armario provocará un tsunami dentro de las filas del Partido Popular, que ha escenificado una derrota. Sin más calificativos. Ahora toca observar como el PP, Ciudadanos y Vox van definiendo el territorio en el que se van a mover.

Tercero: Vox puede ser la gran excusa de Pablo Casado para sacudirse culpas y echárselas a los miembros de la formación de Santiago Abascal por haber provocado una división sin precedentes.

A partir de ahí, la pregunta podría pasar por saber si los partidos que gobiernen en coalición se entenderán lo suficientemente bien como para no tener que afrontar otras elecciones generales poco después de la vuelta del verano.

También nos podemos preguntar si habrá algún apaño con los independentistas (por mínimo que sea), y si a los nacionalistas les pagará con dinero que Hacienda recauda de todos los españoles (incluyendo a los de la España vaciada hacia territorios como Madrid o Barcelona porque es allí donde mayoritariamente están sus ciudadanos). Todo esto, claro, si el pacto PSOE-Ciudadanos no es posible atendiendo a las declaraciones realizadas por el líder del partido naranja durante la campaña. 

Y la última pregunta a lanzar sería si la gobernabilidad estará centrada en solucionar los problemas reales de los ciudadanos (paro, corrupción, eutanasia, entre otros) o si por el contrario optarán por ocurrencias como la del fin del diésel.

Hay quien ha definido las del 2019 como las elecciones de la indignación de la ciudadanía, que salió a votar sin complejos y ha dado un mandato: el pacto.