El disco rayado

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

13 may 2019 . Actualizado a las 07:33 h.

¿Es indispensable tener piel de elefante en España para ser un político tenaz y vigoroso, capaz de concitar apoyos abundantes y firmes, con el fin de combatir las tesis adversarias? A veces da esa impresión, sobre todo cuando los más agresivos salen a la palestra y se olvidan de lo que defienden, para concentrarse en la gresca política y en lo que quieren descalificar o abatir, en ocasiones con saña, y siempre en beneficio propio. 

Por esta vía y con esta estrategia se coló el independentismo en la pasada campaña electoral, y menos mal que Pedro Sánchez, el más requerido, acertó a marcar unas distancias confusas que le permitieron ganar, a pesar de que a veces su mensaje fue simplemente el silencio (lo cual también cuenta, claro, aunque a la vez confunda). Pero las diferencias y los enconos siguen ahí, con la comunicación política en riesgo de convertirse en un ejercicio de violencia verbal o en una riña de gallos multimedia.

¿Es posible que el desafío independentista pueda desembocar en un goyesco duelo a garrotazos? No parece lo lógico en los tiempos que corren. Si dialogar es indispensable, hay que establecer el marco necesario para hacerlo. Y este marco tiene que caber en la Constitución Española, porque es parte de ella. Lo que no quepa en la Constitución solo nos llevará a discursos rancios de tipos belicosos con piel de elefante.

Tenemos por delante un panorama inquietante y no necesitamos de pócimas mágicas para alcanzar soluciones torticeras. Por el contrario, necesitamos de diálogos y de acuerdos en un marco legal concertado y respetado por todos. No se trata de refundar nada, y menos de dividirnos más. Se trata de sumar respetos y comprensiones desde una concepción política integradora, para transformarlo todo en alta política. Así debería ser.

¿Cabe ser optimistas? Estamos demasiado desconcertados para dar una respuesta segura y contundente. Necesitamos tiempo para ver qué ocurre, porque todavía no conocemos el desarrollo de las estrategias de los sujetos políticos concernidos. Quizá ni el propio Sánchez vislumbra el final de la senda y se limita a sortear escollos. Se verá. Porque España y los españoles necesitamos salir del actual disco rayado. Con recetas de Iceta o de quien sea.