El grito de Meryl Streep

Beatriz Pallas ENCADENADOS

OPINIÓN

12 jun 2019 . Actualizado a las 11:52 h.

Echar la rabia fuera. Gritar. Decir la verdad sin filtros manteniendo el gesto impasible. Con solo un capítulo emitido de la segunda temporada de Big Little Lies, Meryl Streep ha ganado ya el 99 % del Emmy al que supuestamente será candidata por su reciente incorporación a la serie de HBO. No es para menos. En medio de «las cinco de Monterey», ese reparto de altos vuelos gracias al cual la novela de Liane Moriarty planeó con éxito del papel a la pantalla, Meryl brilla con su mejor repertorio de matices.

Nadie querría cruzarse con una suegra como Mary Louise, convertida en santa inquisidora con el fin de averiguar lo que ocurrió en realidad con su hijo en la primera temporada. Presume de su habilidad secreta para calar a las personas al primer vistazo y se nota en su mirada que no miente. Aunque le cueste, como les ocurre los espectadores, desentrañar enigmas como el de la pizpireta y perfecta por fuera Madeline. Se lo dice en plena cara: «Siempre me has parecido una persona simpática y cariñosa, pero también me pareces una aprovechada». Con su inquietante presencia, Mary Louise -que es, por cierto, el nombre que consta en la partida de nacimiento de esta veterana pretendiente al Óscar- se convierte en la gran amenaza para el oscuro pacto de silencio de las cinco amigas. Vigila cada gesto. Escucha lo que se dice en sueños. Cuidado con Meryl.