La Ebau, la evaluación que no evalúa

OPINIÓN

16 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Quise comenzar con este incisivo título para remover el limo de la charca. Durante estos días resultan habituales las críticas a la Ebau y por extensión a todas aquellas pruebas en las que te juegas el futuro en un par de horas. La mayoría de nosotros pensamos, y con razón, que las pruebas escritas son injustas y que no evalúan los verdaderos conocimientos. Los nervios, un mal día, un dolor de tripa, haber estudiado todo menos esa pregunta… son tantos los factores que intervienen que lamentablemente el azar es un protagonista inevitable. -Mal asunto si tenemos que confiar a la suerte nuestra valía-. Entonces ¿por qué los pedagogos no proponen otro tipo de evaluación? Principalmente por dos razones: la primera porque no existe voluntad de cambio y la segunda porque no hay una alternativa realista. Sé que es un sombrío panorama pero el establishment necesita filtrar a la población y como decía Platón “La peor forma de injusticia es la justicia simulada” -c’est la vie-

De vez en cuando alguna mente preclara propone algún método novedoso para valorar las capacidades. Hace poco se hablaba de la inclusión de las metodologías activas como los exámenes cooperativos, -pero… ¿se imagina haciendo la Ebau en grupo, o una oposición en pareja? Por favor seamos serios-.

Por mucho que se empecinen nunca desaparecerán ni las notas ni los exámenes, así que tendremos Ebau o como queramos llamarla para rato. Otro asunto es no dar tanta importancia a los aprendizajes memorísticos. En una época en la que la omnisciencia está en nuestro bolsillo, ¿se ha parado a pensar qué sentido tiene memorizarlo todo como un papagayo?, -supongo que aquí alguno diría: «espera a perder la wifi y verás lo que pasa». Que el método memorístico ha pasado de moda todos lo sabemos, pero entonces ¿a qué deberíamos dar valor? ¿Quizás a otras competencias como el emprendimiento, la creatividad, el entusiasmo, la cooperación o la tolerancia? Los organismos internacionales son los primeros que recomiendan sustentar la evaluación en el razonamiento basado en el conocimiento… - y digo yo: ¿cómo se adquiere ese conocimiento?... Otra vez volvemos a la memoria-.

¡Vamos! que al final las cosas siguen y seguirán como siempre. No obstante, la imperturbabilidad de la vida no quita para se mejore un poquito. Como todos los años las voces críticas denuncian la falta de equidad de la Ebau. Como los exámenes difieren entre comunidades nos encontramos exámenes imposibles y otros que son un simple paseo, y yo me pregunto: si los estudiantes optan a las mismas Universidades ¿por qué no hay una prueba común para toda España? Pues el sistema está así montado, de manera que los candidatos de comunidades con menor exigencia arrebatan los puestos autóctonos más demandados -otra tropelía más de los sistemas autonómicos, como si no tuviéramos bastante con la iniquidad de la sanidad, los impuestos y otras memeces-

El otro asunto es el porcentaje de valoración de la prueba, actualmente está fijado en un 60% correspondiente a la nota media del bachiller y un 40% la nota del examen. ¿Debería pesar más la nota de los dos años anteriores que la de la prueba final? Pongamos un 80% el historial personal y un 20% la Ebau ¿no produciría una inflación desmedida de las notas?, ¿acabaríamos devaluando las calificaciones para que todos obtuvieran sobresaliente?

Queda muy poco para que se hagan públicos los resultados de la Ebau, así que el día 14 la mayoría de los alumnos más ambiciosos verán sus esperanzas truncadas, no es que sea un agorero es cuestión de estadística - créame no hay sitio para todos-. Pero quién sabe si el destino no les depara algo mejor, al fin y al cabo y gracias a unos pocos tunantes, algunos nos planteamos ¿qué valor tiene un título?