Esta no es una columna erótica, pero podría serlo. Como también podrían serlo los anuncios que cada verano se lanzan a publicitar helados a golpe de mujer. Placer, calor y mujeres. Siempre mujeres. Todas escandalosamente guapas y lamiendo. Desafiando al frío y transmitiendo a mordiscos que están tan buenas como ese helado que a estas alturas ya ha pasado a un segundo plano. El objetivo, que te mueras por devorarlo -y devorarlas-, o por comprártelo para pertenecer a ese club de pibones sin sensibilidad en los dientes.
Y de dientes te pones cuando intentas buscar a un hombre que haga lo propio. A un adonis que chupe y que lama con el mismo erotismo. Hasta Magnum ha intentado este año salirse del cliché con una campaña artística, pero a veces la caspa no se sacude ni queriendo. Londres ha sido la ciudad elegida para lucir una ilustración de piernas hechas a base de helados. Cómo no, piernas de mujer. La campaña de Thomas Danthony, por supuesto, consta de más ilustraciones. Un buen intento, pero la mayoría siguen partiendo del cuerpo femenino. «Es una manera de continuar construyendo en el territorio del placer, con un discurso simple y maduro», explicó el artista. En lo de simple hay que darle la razón. Pero para hacer honor a la verdad, en una de sus creaciones aparece un hombre. Y en ella el helado adquiere la forma de un micrófono que está a gran distancia de su boca. Sin piernas ni mordiscos. ¿Habrá que enseñarles a ellos a lamer para que disfrutemos todos?