El doctor Livingstone y Pedro Sánchez

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

28 jul 2019 . Actualizado a las 09:40 h.

Cuenta Ramón Jiménez Fraile en su libro Stanley, de Madrid a las fuentes del Nilo que cuando el 10 de noviembre de 1871 el periodista galés encuentra al doctor Livingstone en Ujiji, a orillas del lago Tanganika, y este le pregunta cosas sobre la actualidad en Europa, Henry Morton responde hablándole de Castelar y sus intervenciones en el Congreso de los Diputados. Stanley estaba viviendo en la calle de la Cruz en Madrid. Allí ejercía como corresponsal para el New York Herald cubriendo los acontecimientos del derrocamiento de Isabel II, la Gloriosa, las revueltas carlistas y el peculiar concurso para entregar la corona a un nuevo rey. En el trono, ya lo sabrán ustedes, se acabó sentando Amadeo de Saboya, que a mí, no sé por qué, me recuerda al pobre Maximiliano y su desgraciada peripecia real en México. Amadeo tuvo mejor suerte porque no lo fusilaron, y se fue, dos años después, dejando una carta que hoy está más vigente que nunca. Por su parte, Stanley recibió en Madrid un telegrama de su señorito, el editor Gordon Benett, que desde París le encargaba que encontrara al explorador perdido. El periodista tardó dos años en decir su famosa frase -doctor Livingstone, I presume- al escocés, que no estaba perdido y no quiso volver. Yo me imagino que si Stanley viviese hoy y se encontrase de nuevo con Livingstone le hablaría de Pedro Sánchez y Livingstone seguiría sin querer volver. Supongo que España hoy se parece más de lo deseable a la de hace un siglo y medio, si esto no es mucho suponer.