Un adolescente caprichoso

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

Kiko Huesca

31 jul 2019 . Actualizado a las 08:12 h.

Medio país, incluidos sus votantes, se está preguntando qué queda de aquel Ciudadanos, centrista, liberal y participativo. El que llegó para realizar la regeneración democrática y enseñarnos lo que era una democracia. El otro medio, incluidos también sus votantes, se cuestiona sobre la finalidad que mueve a Albert Rivera y los motivos de entrar en una dinámica alocada que no se sabe muy bien a dónde los puede llevar. Y el país entero, incluidos sus votantes, se sorprende al ver cómo en cuestión de meses ha dilapidado un prestigio y unas expectativas que lo situaban como un líder y una formación de futuro.

No es ya que sesenta cargos abandonaran al carismático líder y a sus propuestas. Y que continúe la desbandada. El problema es que esa deriva, esa radicalización, está llevando a Cs a faltar a los mínimos principios democráticos. Un lenguaje de barra americana, falta de respeto al Parlamento y desplantes continuados hacia las más altas instituciones lo sitúan a un paso de convertirse en un peligro. Rivera salió de la foto de Colón, después de pasar por Andalucía, y no supo qué hacer. Y ahí está, dando bandazos, destrozando las reglas parlamentarias y democráticas, y enfrentándose a todos y a todo, mientras Pablo Casado, más prudente, que ya es decir, aguarda tranquilamente su suicidio político.

Cuentan que Rivera toma las decisiones en función de lo que le dicen las encuestas. Pero las encuestas no son las urnas. Albert y su pandilla parecen empeñados en acabar con un proyecto que se creyó interesante. A su lado se escuchan ya voces que lo equiparan con aquella brillante lideresa llamada Rosa Díez, a la que casi ni nos dio tiempo a conocer, y a su también exitoso UPyD. Pero entre ellas destaca la de uno de los fundadores de Cs, Francesc de Carrera, que acierta al explicar que el problema es que «un joven maduro y responsable» se ha tornado en «un adolescente caprichoso». Lo dice quien ha sido su padre político.