Sois lo peor, pero quiero ser tu socio

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente LA MIRADA

OPINIÓN

12 ago 2019 . Actualizado a las 09:17 h.

Los dirigentes de Podemos han reiterado que no se fían de Sánchez, le han llamado mentiroso y le acusan de seguir las órdenes del Ibex, la banca y la CEOE, de buscar un acuerdo con la derecha y de humillar a sus votantes. Hasta han denunciado por delitos de corrupción a dos de los ministros más emblemáticos del que pretenden que sea su socio de coalición, Ábalos y Borrell. El negociador Echenique y el gurú ideológico Monedero escriben a diario tuits incendiarios contra el líder socialista. Y, a pesar de todo, Iglesias y los suyos siguen queriendo entrar a toda costa en su Gobierno. Si de verdad se creen esas tremendas acusaciones lo más lógico sería pasar a la oposición, tras permitir la investidura, lo que cerraría la puerta en unas nuevas elecciones a las tres derechas, que en teoría son sus principales adversarios políticos. O mejor incluso: pactar una serie de medidas que comprometieran al Gobierno y tener las manos libres para denunciarlo si no las cumple. Pero no, exigen gobernar con un partido del que desconfían totalmente y consideran un pelele de los grandes poderes económicos. La única explicación de esta contradicción en apariencia irresoluble hay que buscarla en el 28A. Unidas Podemos perdió 29 escaños y más de un millón de votos y se convirtió en la cuarta fuerza política. Iglesias entendió que la única forma de eludir su responsabilidad por la debacle era entrar en el Gobierno y montar un gabinete paralelo para apuntarse los tantos sociales. Quería ser vicepresidente, pero Sánchez lo vetó. Al menos que lo fuera Irene Montero, y consiguió que se aceptara. Pero en un error catastrófico rechazó la histórica oferta de coalición. Es lo que tiene convertir la política en Juego de Tronos.