En el día de ayer estuvo en boca de muchos programas de debate en televisión un artículo dedicado al vestido que portaba Isabel Díaz Ayuso en la foto oficial con su nuevo gobierno. La palabra «entrepierna» en el titular incitaba sin duda alguna a lograr cuantas más visitas mejor, o lo que es lo importante, más ingresos publicitarios. Vuelve a ser indignante tener que denunciar el machismo de nuestra sociedad, puesto que la nueva presidenta de la Comunidad de Madrid nos dará mucho que hablar, pero no comparto que sea por su físico o su manera de vestir.
El horror de esa foto es que no hay paridad, pero lamentablemente Ayuso considera más importante que una mujer sea la jefa del ejecutivo a tener un gobierno paritario. El horror de esa foto está en un acuerdo entre tres partidos (aunque Vox no tenga consejeros) incapaz de pronunciar violencia de género ante el drama de mujeres asesinadas en nuestro país por el mero hecho de ser mujeres. El horror de esa foto está en crear de Madrid un paraíso fiscal, rompiendo la propia Constitución que tanto alardean defender, al crear y fomentar desigualdades entre comunidades autónomas. El horror de esa foto es un gobierno cuyos argumentos no van más allá de hablar de Cataluña y de Venezuela por encima de los problemas de los ciudadanos madrileños. En definitiva, el horror de esa foto no es el vestido de Ayuso. No.
El medio digital que publicó ese artículo cambió el titular, pero el globo sonda fue tal que consiguieron lo que seguramente buscaban: visitas. No es digno ni ético llamar la atención así. Como periodista y como ciudadano repruebo y condeno estas prácticas que dejan a la profesión a la altura del betún. Y Ayuso por muy mal que me pueda caer o por muy mal que considere su gestión como política no se merece, como cualquier otra mujer, esos comentarios. Nunca más. ¡Basta ya!