El respeto y la vergüenza

OPINIÓN

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23 ago 2019 . Actualizado a las 09:07 h.

El Open Arms nunca fue solo un barco, siempre fue una actor político (no partidista) de primer nivel, pero ahora se ha convertido en un arma política de gran calibre, capaz de arrojar aún más fuego al gran incendio italiano y de complicar el inestable escenario de bloqueo político español.

En el panorama patrio, el antiguo remolcador coruñés se erige como otro teatro en el que la izquierda dirime la enésima batalla del relato y la culpa. Partidarios del PSOE y de Podemos se enfrentan con la mano abierta en las redes sociales e intercambian críticas, diatribas, descalificaciones... Incluso gente muy respetable recurre a la confrontación permanente tuit a tuit. Y luego están los cuñadismos. Los exabruptos. Y los insultos.

Ahí brilla con luz propia el fichaje estrella de Cs para las generales, Marcos de Quinto, adicto a la polémica desde antes de entrar en política y ahora imitador de los métodos de Trump. Se refirió a los migrantes rescatados como «bien comidos». Se ponía así a la altura de muchos usuarios que difundieron todo tipo de bulos y fotos falsas sobre el estado de salud del desesperado pasaje del buque. No debió hacerlo. Olvidó (o desconoce) una frase lapidaria e inmortal atribuida al escritor alemán Georg C. Lichtenberg: «Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto».