Ahora sí, un gobierno contigo

Diego Valiño
Diego Valiño REDACCIÓN

OPINIÓN

15 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Más de un tuitero se dio cuenta que los lemas de campaña del PSOE y Unidas llevaban un mensaje oculto, porque juntándolos dan toda una declaración de intenciones. El martes Pedro Sánchez y Pablo Iglesias escenificaban en el Congreso de los Diputados un preacuerdo para someter a la confianza del parlamento nacional la investidura del primer Gobierno de coalición de nuestra democracia.

El pasado domingo volvimos a las urnas. El PSOE fue el vencedor, con menos votos y escaños, dejando claro que en septiembre se tenía una excesiva confianza en mejorar los resultados y acabó saliendo rana; el PP subió, pero sin alcanzar el centenar de diputados, señal de que por mucha barba que se deje Casado seguirá obteniendo unos resultados nefastos; Vox se convierte en la tercera fuerza política de este país con un mensaje que asusta, pero confío en que sea una moda temporal y no algo para quedarse; Unidas Podemos sigue cayendo elección tras elección, sin que quede claro cuál es su suelo; Ciudadanos se desplomó, como le pasó en su día a UCD, fruto de las divisiones internas, de la foto de la plaza de Colón y sus alianzas indirectas con la ultraderecha; Más País salió a jugar y obtuvo tres escaños, que sin duda está por debajo de las primeras expectativas que auguraban algunos sondeos. En definitiva, para mí nadie resultó el ganador.

Antes de la firma del preacuerdo del PSOE y de Unidas Podemos se produjo otra noticia relevante. Albert Rivera, ante la no remontada de su partido, dimitió como presidente de Ciudadanos, a la vez que renunció a su escaño, y se abre una incertidumbre sobre el futuro del partido (a mi juicio, al ser tan personalista, tiene los días contados). No le quedaba otra, sin duda. También pienso que Pablo Iglesias debió dimitir, no solo por la bajada de escaños, sino porque creo que su relato en cuanto a las negociaciones con el PSOE no ha sido creíble a tenor del resultado de la formación morada (y con tanta alerta antifascista que emitió ha sido lamentablemente superado por la formación de Abascal. Debió hacer más autocrítica y no arremeter contra Íñigo Errejón tal y como hizo en la noche electoral).

En cualquier caso el escenario en el que nos encontramos es el que es. El PSOE y Unidas Podemos suman 155 escaños (casualidad que sea ese el número con el célebre artículo de la Constitución) y necesitan llegar a los 176 para la mayoría absoluta. Estamos ante un arco parlamentario muy plural en partidos nacionalistas, regionalistas y hasta provincionalistas (por primera vez llega ‘Teruel existe’) cuyos intereses son variados y diferentes. Que el PSOE y Unidas Podemos puedan aprobar unos nuevos presupuestos, derogar la reforma laboral y la ley mordaza, aprobar la eutanasia y Ley de Transición Energética y Cambio Climático, entre otras tantas promesas, conllevará horas de diálogo y de negociaciones que espero y deseo que no salten por los aires, y que tal como pretende Pedro Sánchez el próximo ejecutivo pueda completar su mandato completamente, sin repetición electoral en cuatro años.

Suerte y ánimo para los dos partidos de la izquierda, la cual me enorgullece que se ponga de acuerdo para formar un gobierno progresista al servicio de la ciudadanía. Ojalá hubiera llegado antes este acuerdo pero llegó ahora. Y, por favor, menos crispación y más lealtad y consenso.