Danza de los siete velos en La menor de Strauss para el gobierno de coalición del pueblo

Alonso Gallardo
Alonso Gallardo REDACCIÓN

OPINIÓN

18 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El gobierno de coalición que no pudo ser resuelto en muchos meses, se solucionó en cuarenta y ocho horas con un acuerdo de diez puntos de principios generales con música sugerente, pero bien cierto es, que a quien no pilló con los pies fuera del tiesto, fue con él más que cambiado. Pero así es lo bueno de las cosas en vivo y directo, que siempre pueden dar sorpresas y más, si se puede romper con la aburrida tónica de hacer las cosas igual que siempre. Se debería entender con lógica normal, que el rechazo al gobierno de coalición en junio por Pedro Sánchez, era para esperar un mejor resultado y lo más lógico por la pérdida de votos y diputados por el PSOE y Unidas Podemos al ganarlos la derecha extrema, sería la dimisión de Pedro Sánchez como candidato dando paso a otro dirigente socialista, donde entonces, el acuerdo tendría una base política más comprensible para la lógica humana conocida hasta ahora.

Pero así no ha venido lo pintado y lo bueno del populismo en el ahorro de consumo de energías, es que sus métodos en la toma de decisiones son a veces un poco caudillistas y a Pablo Iglesias y su equipo, se ve que, en este caso, no les temblaron las manos para tomar las decisiones. Además, debe ser así porque el reto para gobernar ya lo tenían desde el principio y de paso, ver si se puede hacer algo en el modo de al servicio de los de abajo (forma peyorativa de llamar a la clase obrera). Entrar han entrado sin más de cabeza en esta partida del hambre, porque la verdad, esta es una oportunidad histórica para gente de izquierdas en un gobierno y aun así sepamos, que será del pueblo no solo porque estemos en él, si no, porque el equipo que lo negocia hará un desarrollo del acuerdo de los diez puntos de avance en pasos o pasitos, si con el noveno punto no seguimos con el pie cambiado confundiendo el derecho a decidir con la decisión unilateral de independencia del procés o si el constitucional décimo punto, lo condiciona todo al acuerdo posible de estabilidad presupuestaria para la gobernabilidad. Total, nada de nada.

Pero antes retrocedamos un poco, porque no es baladí ni superfluo que Pedro Sánchez siga sin dar una explicación, del porqué el no al gobierno de coalición hace unas semanas ha sido posible a las cuarenta y ocho horas del resultado electoral. No olvidar, que mientras este detalle siga oculto también se oculta el detalle de fondo del porqué ahora sí se pudo. Se puede decir que sacó una rápida lectura del batacazo de la convocatoria electoral y de sabios es rectificar, lo cual es cierto, pero a la misma altura está la ética política de asumir responsabilidades y la izquierda la debe recuperar. Pero ¿por qué no puede ser que Podemos, al resistir el ataque del frente neoliberal de amplio espectro político de forma muy honrosa, sin bajas y con nuevas ínfulas ante el fracaso de toda la artillería usada contra ellos, la única alternativa sea fingir, que aquí no pasó nada y todos a seguir trabajando por el objetivo de destrucción de Podemos con otros medios y escenarios, incluido el de la autodestrucción con el caramelo de la gobernabilidad?

Nadie puede negar, que esta posibilidad se intuye entre las penumbras de los rincones y el silencio con que se envuelven las palabras y abrazos de Pedro Sánchez para formar gobierno, existe y quizás, la rapidez y urgencia en tomar la decisión de coalición sí o sí, era esa y que mejor que en caliente, ahora que estos chavales piensan que pueden con todo. Y por qué no sí, y que todo forma parte de un juego de tronos moderno entre monarquía y república y ya se sabe que en estos lares, que al que erra le pasa lo que en Sevilla y que mejor, que una buena huida adelante. Hoy es difícil creer que alguien dude de que la política sea así y si no que se lo pregunten a Evo Morales, ahora que sabe lo que hay detrás de la ética política del fascista, cuando la candidez es la principal arma de combate. Pero que pueda ser así no es que obligatoriamente vaya a pasar, solo que puede ser que pase, porque siguen vacíos los huecos de palabras y significados para la plebe (forma peyorativa de llamar al pueblo) de porqué ahora sí.

La cuestión es que ahora empieza otro juego, con dos versiones reales que existen en su manifestación social y política, en el que conscientes o inconscientes a todas y todos nos han metido y de la cual, solo una puede salir viva. Cierto que con sabiduría todo proceso es mejorable, pero no, hoy no tocó, aunque se parezcan unos a otros y este poco, nunca son los mismos aunque se repitan, quizás por eso y porque la velocidad con que viaja por el espacio político el populismo, sin reflexión profunda y con demasiada improvisación, no había tiempo ni espacio para la frenada y ahora entre todas y todos, a ver como se saca el programa de los diez puntos y primero, para ponerse a salvo de los salmos de los apologetas de los pactos con el PSOE como mal menor, decir que eso ya fracasó y que los que dentro de la izquierda lo hicieron, tiempo ya que están con el neoliberalismo del viejo régimen del 78.

 En la comparación de los pactos de gobierno de IU con el PSOE y el actual de Unidas Podemos cualquier coincidencia económica, política y social más que pura casualidad, es invento. Con el gobierno socialista portugués lo mismo, por mucho que fuera el caramelo pretendido de Pedro Sánchez. Aquí si hay alguna coincidencia será con el gobierno griego de YIRIZA y se supone, que tanto Pedro y Pablo como apóstoles, conocen el golpe de estado en Grecia perpetrado por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, al vaciar las arcas griegas de euros con la ayuda de la banca, privada en su totalidad, entidades financieras y empresarios, impidiendo ilegalmente que llegase el dinero en metálico al pueblo para comprar y pagar los elementos más imprescindibles, lo cual hubiera provocado un genocidio tremendo entre las clases griegas más desfavorecidas. Al tiempo recordar ahora con esto, que al final pase lo que pase con el gobierno de coalición, solo sobrevivirá el que gane el relato final.

Lo mejor, ante el encantamiento que provoca el movimiento de velos invisibilizando lo evidente y por si hubiere objetivos ocultos entre las zonas grises del emplazamiento al gobierno de coalición, con muchos asientos pero poca financiación y competencia, sea trazar como vacuna una gruesa raya en el suelo con nuestra espada, con la leyenda de no pasarán como línea de demarcación rotunda, ni una austeridad ni un recorte más para la clase obrera.