España es irreconciliable

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

17 nov 2019 . Actualizado a las 09:55 h.

España es irreconciliable. Olvídense. Los números cantan. Hace mucho que la Transición, por desgracia, empezó a saltar por los aires. El famoso caladero de voto del centro ha muerto. Aquellos 6,3 millones de votos de Adolfo Suárez en el 77, que fueron luego 6,2 millones en el 79, de un país que buscaba superar heridas, han desaparecido. No hay fiel de la balanza. Hemos hecho mucho más que sacar a Franco de su tumba. Dos han sido los motivos. Los nacionalismos, sobre todo Cataluña, han sido fundamentales para la ruptura abrupta de la reconciliación que nos trajo los mejores cuarenta años de nuestra historia. Los nuevos partidos, que son viejísimos, asustan a los que han vivido el pasado y a los que lo conocen porque leen. Esos nuevos partidos, Podemos por la izquierda, primero, y ahora Vox, por la derecha, son el otro factor que ha dinamitado el centro del sentido común. Lean las grandes cifras y verán el cuadro de Goya de las dos Españas a golpes. No hay nada más que escuchar una radio de según qué palo para darse cuenta de que vienen tiempos difíciles. Un bando no le dará ni la más mínima tregua al otro. Ahora le toca gobernar a la izquierda por la división de la derecha en tres grandes partidos. Por eso y porque la derecha tiene imposible apoyarse en los nacionalismos de supuesta derecha. Piensen que lo que en su día fue Pujol se ha radicalizado y se ha quedado en Torra, Puigdemont y compañía. Recordar hoy que Aznar habló catalán en la intimidad suena a invención de novelista. Tampoco el PNV es de fiar para la derecha. Fueron los que le dieron la puñalada definitiva a Rajoy, y por intereses económicos y de gobernabilidad en el País Vasco están claramente escorados a la izquierda. La única suma que sale es la de PSOE y Podemos con los diez mil reinos de taifas a los que hemos vuelto para cumplir el mantra unamuniano de nuestra historia: somos expertos en hacernos daño. Los politólogos dicen que el voto se ha dividido en dos bloques del 43 %. Y las cifras lo demuestran. Pasó el 28-A y ha vuelto a suceder con menos apoyos para ambos en el 10-N. 11,1 millones de españoles votaron a PSOE, Podemos y sus confluencias en abril. Y más o menos 10,5 millones lo hicieron el domingo pasado. Por la derecha fueron 11,1 millones los votantes primaverales. Y 10,3 millones la suma a la que llegaron hace siete días. Comparen los datos y verán que no hay esperanza. Los que votan a un lado y al otro, lamentablemente azuzados por intereses radicales y por el secesionismo, casi no pueden ni mirarse a la cara. Nos falta mucho para ser alemanes y para que el PSOE moderado pueda entenderse con el PP moderado, aunque sumen cerca de doce millones de apoyos. Podemos lo ha conseguido: esa Transición que no les gusta queda enterrada por el abrazo del martes.