Bautista alecciona a Nadal y a España

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

Kiko Huesca

26 nov 2019 . Actualizado a las 16:34 h.

Darle una lección a España no tiene mérito. España es un país experto en odiarse, en autoinflingirse dolor, en insultarse ante los mil espejos de las nacionalidades que nos habitan. Nadie se escupe a sí mismo como nosotros. Lo hacemos con un estilo único. Pero apareció Bautista en la final de la Davis y nos puso en nuestro sitio. Estas fueron sus palabras para los españoles: «Ha sido una semana increíble, todo el equipo ha hecho un esfuerzo increíble, todos los jugadores, pero en especial Rafa ha hecho una semana increíble: Yéndose a dormir a las tres, cuatro, cinco de la mañana y al día siguiente estar ahí al pie del cañón solo puede ser porque somos españoles»». Ojo, a la última frase. Al fin alguien que está orgulloso de la España que bate el récord de trasplantes, de la España que es ejemplo por su dignidad, por su cultura, por su esfuerzo, de la España que trabaja y que nada tiene que ver con sus políticos. Pero es mucho más difícil que exista el ser humano capaz de dar una lección al mítico Rafael Nadal de furiosa obediencia, que es su manera de jugar y de ser. Y ahí surgió de nuevo Bautista cuando habló el hijo que se había quedado huérfano: «Mi padre me hubiese pegado un tirón de orejas si me hubiese quedado en casa. Después de una desgracia hay que dar un paso adelante, afrontar las cosas como son, y eso es lo que he intentado hacer». Fue entonces cuando Bautista hizo llorar al mismísimo Nadal que solo pudo responder: «Yo he ganado los ocho partidos pero os lo digo con la mano en el corazón. Aquí la persona que ha sido vital en esta Copa Davis ha sido Roberto. Lo que ha hecho es algo casi inhumano. No lo sé explicar... Para mí es un ejemplo para el resto de mi vida. Se fue, falleció su padre, volvió ayer, entrenó, hoy estaba preparado para dar un nivel altísimo. Es algo increíble». En cada español, si (nos) queremos, hay un gigante.