Atentado en el puente de Londres

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

Yui MokPA Wire

03 dic 2019 . Actualizado a las 09:21 h.

Nada presagiaba que, en ese soleado mediodía de la capital londinense en un frío día de noviembre y en el popular puente de Londres o London Bridge volvería a desatarse la tragedia. Nadie podía sospechar que, tres semanas después de que se levantara la máxima alerta antiterrorista en Gran Bretaña y casi dos años después de que se hubiera producido el atentado en el que murió el héroe español Ignacio Echeverría, otros dos hombres, de momento anónimos, impedirían con su valiente actuación que se produjera una masacre. Nadie se podía imaginar que un ex convicto de terrorismo, condenado en el 2012 por participar en la preparación de un atentado contra la bolsa de Londres, la embajada de EE.UU. y la casa de Boris Johnson, liberado a condición de portar vigilancia electrónica, sembraría nuevamente el pánico en las inmediaciones del famoso puente. ¿Quién podría predecir que Usman Khan, de 28 años, uno de los asistentes a una conferencia sobre rehabilitación de presos organizada por la Universidad de Cambridge en el edificio de Fishmonger’s Hall, atacaría con dos cuchillos a los asistentes al evento, asesinando a dos estudiantes de criminología e hiriendo a otras tres personas?

Con una investigación en curso que se ha trasladado a la localidad de Staffordshire, en donde vivía el terrorista abatido por la policía, son cada vez más las voces que se preguntan cómo un convicto, declarado yihadista, había logrado la libertad tras cumplir solo la mitad de la condena impuesta. Parece difícil determinar cómo se debe legislar el tratamiento a presos que no se rehabilitan nunca y que, por el contrario, se radicalizan aún más en las cárceles cuando la idea de la cadena perpetua produce más que urticaria. Pero, en plena campaña electoral y ante la realidad de que la amenaza terrorista sigue igual de vigente, esta, junto con el brexit y la privatización de la sanidad, pueden hacer variar el resultado de manera inesperada.