Pornofilia

Jorge Matías
Jorge Matías REDACCIÓN

OPINIÓN

19 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

He leído un artículo reciente de esos de hoja parroquial disfrazada de información, el enésimo este año, en el que se nos advierte a los que vemos porno de los efectos negativos que puede ocasionar su consumo a largo plazo. Durante esta loca carrera por fiscalizar la entrepierna del otro envuelta en progresismo había visto muchas estupideces, pero hasta ahora no había leído que el consumo de pornografía infantiliza el cerebro y produce disfunción eréctil (yo juraría que no es eso lo que produce), es decir, eres menos macho si consumes pornografía. Como, además, viendo porno rompes ciertos límites y escrúpulos, siempre quieres seguir avanzando en tu descomposición moral, lo que se traduce en límites cada vez más difusos hasta que llega un punto en el que el sexo real, más de andar por casa, no te la pone dura. Calificar eso como disfunción eréctil es algo que se me escapa, pero ahí está.

En el artículo, un presunto experto habla incluso de que la pornografía actúa en quien la ve exactamente igual que una droga, pues ahora todo es droga: internet, el móvil, todo menos la droga, la vieja y buena droga de toda la vida. Que produce un efecto antinatural. Se me ocurren pocas cosas menos serías que un científico calificando una reacción natural como algo antinatural, pero ahí está la afirmación. Incluso se permiten el lujo de retratar a quien ve porno como alguien egoísta incapaz de buscar alivio sexual con su pareja, dando por hecho que todo el mundo la puede tener o que a la otra persona le apetece.

No me importan mucho los efectos negativos del porno en la salud si los hubiere, no quiero engañar a nadie, aunque me temo que todo esto que he leído es una exageración y su publicación en medios es más una nueva página de esta ideología mojigata, infantil y castradora que lo está impregnando todo. Estos llamados a la contención y la abstinencia, pues no son otra cosa, ya no se sostienen en teorías posmodernas sin respaldo real más allá de una opinión de sacerdote o gurú con gafas de pasta y por eso quizá se recurre a estudios científicos, más o menos estudios y más o menos científicos, para poner freno a esta locura onanista, el porno online y las perturbadas mentes de quienes lo consumen. Los solteros caemos mal y vivimos peor y menos tiempo, aunque el artículo del que hablo no lo mencione. Resulta que estando solo tus niveles de cortisol suben y esto, por lo visto sí es cierto. Es como si tuvieras estrés crónico, y eso a la larga te termina matando. Así que un poco de infantilización del cerebro y la posiblidad de sufrir disfunción eréctil en un futuro no me preocupan tanto como para dejar de hacerme pajas.