El violador ¿eres tú?

OPINIÓN

29 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

«Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía: el violador eres tú». Este enunciado del himno creado por las mujeres chilenas ha despertado en algunas personas aplausos y solidaridad, mientras que en otras ha provocado críticas.

Quienes hemos vivido en algún momento de nuestra vida, peligro o violencia por el mero hecho de ser mujeres, comprendemos cada palabra del himno: y somos muchas.

El «tú» al que se refiere es el violador, pero también incluye a aquellos que, frente a un caso de acoso sexual, hacen de la vista gorda  o hasta liberan al criminal. Por eso el himno menciona a los policías, los jueces, el Estado y al presidente, esto es: quienes pudiendo tomar acciones radicales para prevenir feminicidios, violaciones y acoso de género no lo hacen. Y quienes estando en posibilidad de castigar, sostienen y cobijan la impunidad.

Ese «tú» abarca a hombres y mujeres que, con sus críticas, cobijan y defienden la estructura que por siglos ha dominado el mundo, en la cual el hombre ha detentado el poder a costa de la mujer: «El Estado represor es un macho violador» es la frase más radical del himno: hay que meditarla a fondo para lograr comprenderla.

Ese «tú» abarca también a quien justifica esos actos de violencia culpabilizando a la víctima, al preguntar, por ejemplo: «¿Pero a quién se le ocurre caminar de noche por ahí?» o ¿pero por qué se visten así? La respuesta a estas preguntas es: «La culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía».

Ese «tú» abarca también a hombres y mujeres que levantan la voz horrorizados cuando ven monumentos pintados, pero callan día a día ante la normalización de la violación y la muerte de más mujeres.

Ese «tú» abarca a quienes pretenden refutar este movimiento afirmando que también hay hombres asesinados, cuando las mujeres no matamos ni abusamos de ellos: ¿No lo entienden?

Ese «tú» abarca a quienes al emplear el término feminazi muestran que aún no han comprendido nada.

Ese «tú» abarca a quienes pudiendo, por lo menos, solidarizarse no lo han hecho.

Ese «tú», ¿eres tú?