Como si asistieran al pase de la enémisa versión de Resacón en las Vegas, los señores y señoras del Gobierno rompían ayer a reír en la sesión de control al ídem. Sucedió un día después de que ellos mismos acuñaran, sin citarla, la expresión «lo que pasa en Barajas, se queda en Barajas», a mayor gloria del hombre que está convencido de haber hecho un gran servicio a España, léase el ministro José Luis Ábalos. Y de Ábalos y su reunión con la vicepresidenta de Nicolás Maduro siguió yendo la cosa. Que si el asunto era «no añadir más problemas», que si «cumplí el objetivo, modestamente lo cumplí». Pero el apogeo de la sesión llegó cuando Pedro Sánchez nombró a Juan Guaidó «líder de la oposición en Venezuela». Pocas veces se ha visto gozar como en esta imagen a Pablo Iglesias, podríamos decir que aquí en plan vicepresidente encargado de la carcajada. Pobre, pobre, pobre Venezuela.
