Misión imposible

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

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26 feb 2020 . Actualizado a las 09:36 h.

Fotos para la historia. Sonrisas forzadas y buenas palabras. Este va a ser el balance de la mesa de diálogo que ni los optimistas enfermizos aguardan resultados positivos y avances para la resolución del problema ocasionado por la revolución de los señoritos de Cataluña. Una mesa que nace muerta porque la única pretensión de unos y otros es la de ganar tiempo, pese a que todos deberían tener presente la idea de Adolfo Suárez, que acertó a decir que «el diálogo es el instrumento válido para todo acuerdo pero en él hay una regla de oro: no se debe pedir, ni se puede ofrecer, lo que no se puede entregar porque, en esa entrega, se juega la existencia de los interlocutores». Y aquí se piden imposibles. Los independentistas reducen el temario al erre que erre «reconocimiento y el ejercicio del derecho de autodeterminación» y fin «de la represión, amnistía y reparación». Enfrente, un presidente limitado por la Constitución, pese a estar dispuesto a hablar sin reservas y proponer casi medio centenar de cuestiones iniciales.

Conviene recordar que la mesa o lo que sea, se creó para que ERC facilitase a Pedro Sánchez el camino a la Moncloa. Y que en el inicio se trataba de un encuentro de negociación entre el Gobierno de España y el catalán. Pero conviene también recordar que Puigdemont, el de cuanto peor mejor; desde su exilio dorado, logró colocar a varios de sus fieles que no forman parte del Govern para que mantengan vivos en las conversaciones su representación y sus devaneos. Y todo después de intentar reventarlas con un relator internacional, empeño que aún no olvidaron. Por si fuese poco, la desconfianza entre ERC, que ha regresado al independentismo pragmático y JxCat, fiel representación del populismo de los potentados, y la proximidad de una cita electoral que le resta toda representatividad y autoridad a Torra, convierten en misión imposible alcanzar un mínimo consenso. Así que todo lo que nos quedará serán unas fotos. Conformémonos con que no salgan movidas