Pili y Mili

Fernanda Tabarés
Fernanda Tabarés OTRAS LETRAS

OPINIÓN

Eduardo Parra

01 mar 2020 . Actualizado a las 10:31 h.

Qué extraña sensación escucharles destilar camaradería a través de la radio. En esencia, mantienen sus rasgos diferenciales y ese fondo de displicencia que cada uno maceró a su manera. José María Aznar y Felipe González comparten escenario y algo incomoda en ese compadreo que los coloca por encima del bien. Y del mal. No es que sea malo que los adversarios se suban a la misma escena. Es bueno y civilizado pero en este Aznar/Felipe algo incomoda, como si todo lo de antes hubiese sido trampa. En ese encuentro chispeante, es Aznar el que da con la clave: «Tú y yo no lo haríamos», dice. Se refiere, claro, a lo de siempre. Pero podría ser a muchas otras cosas, porque su catálogo de reproches es hasta estético. Es ese «tú y yo» el que perturba; por un lado manifiesta una quiebra generacional con los que vinieron después pero por encima de todo una confesión de esa soberbia que ensayan los que ya no se juegan nada pero todo lo juzgan.

Ni Felipe ni Aznar han estado con los que vinieron después. Ese desprecio de los dos hacia sus sucesores en el partido y en el Gobierno explica por qué ahora se llevan tan bien. Por qué desde las antípodas ideológicas han llegado a una orilla en la que luce un sol con parecidos kilates. Verlos juntos de bolos por España dice mucho de quiénes fuimos y de quiénes somos.

Hay dos formas de envejecer. Hacia la soberbia y hacia una comprensión generosa por todo lo humano. En la vida pública hay ejemplos de los dos caminos y pruebas de cuál es mejor para la sociedad.