El mundo parado

OPINIÓN

Calle vacía, en Oviedo
Calle vacía, en Oviedo

30 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Miro por la ventana, sólo veo silencio, sólo escucho los pájaros, y el viento en los árboles.

Mi barrio está en pausa, la ciudad, el país, el mundo también. Tantas veces dije «paren el mundo que yo me bajo», que tuvo que venir el coronavirus a pararlo.

Pienso en las cosas negativas, casi todas son económicas. Pienso en las cosas positivas, todas  son para la humanidad, para el bienestar, para la felicidad personal y global.

Estos días estamos recluidos en casa, la gran mayoría cumpliendo con lo mandado, para protegernos y sobre todo proteger a los demás. aprovechemos esta situación para pensar si se puede parar el mundo, si se puede trabajar telemáticamente, si se puede consumir menos, viajar menos, explotar los recursos menos, si se puede hacer esto ahora seguro que podemos hacerlo sin virus.

Me imagino un coche en la autopista a 200 por hora, y de repente tener que frenar, si la frenada es gradual será mejor que si el frenazo es de repente. De repente, el accidente estaría asegurado, por eso cuando unos dicen que el Gobierno tenía que actuar más rápido y más contundente yo creo que si paran todo el primer día, nadie lo entendería, creo que las medidas las hay que hacer que se puedan entender, y eso lleva unos días. Primero información, luego medidas rotundas. ¡Qué difícil es hacerlo bien para todxs! O se pasan o se quedan cortos.

También pienso en todas las personas que no tienen hogar donde resguardarse, las personas que no tiene comida para sus hijo e hijas, los colegios están cerrados y los ayuntamientos deberían tomar medidas para que ningún niño/a quede sin comer. Pienso en todas las personas más vulnerables que serán las que peor lo pasen estos días, estos meses. Después de tener todo esto en mi mente miro por la ventana y veo la avenida que un día cualquiera estaría llena de coches, vacía.

¿Por qué no pensamos en los beneficios de no sacar los coches?, ¿cuánto bajó la contaminación en China? Cuántas muertes hay por el coronavirus lo sabemos de memoria, lo que no nos dicen es cuantas muertes hay por contaminación.

El ritmo que llevamos de carreras, de consumo, de explotación era inadmisible, inasumible en un planeta finito, este parón nos tiene que servir para replantearnos la economía, el sistema capitalista que deja a la gran mayoría en la cuneta mientras unos pocos viajan en coche de lujo.

Si la gran mayoría de las personas que vivimos en las ciudades pensamos que el pueblo como lugar idílico para pasar la cuarentena tendremos que replantear nuestras vidas.

Hay que hacer ciudades para vivir las personas con espacios verdes, con lugares y tiempo para pasear. Tenemos que hacer que los pueblos sean un lugar donde poder vivir quien quiera y esté orgulloso de poder hacerlo con todas las ventajas( las que hoy valoramos tanto), y también con sus limitaciones. Es un buen momento para pensar si la concentración de población en unos pocos centros atractores es una buena idea.

Sí, a pesar del encierro no voluntario, del miedo a qué pasará mañana, sacamos algo positivo, no será tan trágico lo vivido.

Estar en casa con las personas que nos animan, que nos ayudan a llevar el confinamiento, estas personas que sólo vemos en la noche cuando la vida laboral nos lo permite, a esas horas que ya sólo queremos dormir. Sí aprovechemos para mirarnos, mimarnos, cuidarnos...

No sé qué pasará cuando todo termine pero como no aprendamos de los avisos que nos advierten que a esa velocidad nos estrellamos, como no hagamos caso, nos la pegaremos sin remedio.

El virus nos hace daño como sociedad porque entra en nuestros puntos flacos. Si tuviéramos más camas de UCI, no tendríamos tanto miedo, si las residencias de ancianos tuvieran más medios, habría menos muertos, si no hubiese tanta precariedad y tanta gente en el borde de la pobreza, saldríamos mejor de la crisis que el virus provocará.

Ojalá cuando pase todo esto seamos capaces de hacer política para las personas. Ojalá aprendamos a trabajar menos y vivir más.

Esto tiene que servir para hacer política pensando en el bienestar social, y ambiental.

Podemos y debemos hacer política para las personas. Pongamos la salud en el centro de la agenda política de todos los países.