Soldaditos de plomo

Toño Velasco
Toño Velasco REDACCIÓN

OPINIÓN

Ilustración de un soldadito de plomo
Ilustración de un soldadito de plomo Toño Velasco

03 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Vivo un momento importante, formo parte de una generación que no ha vivido en los grandes momentos de la historia: vivía al margen, en una esfera de confort, no viví una guerra, ni una hambruna, tampoco fui a luchar. Es verdad que he presenciado momentos importantes y cruciales —la imagen de aviones estrellándose contra las Torres Gemelas, la trágica mañana de Atocha, la guerra infinita de Siria o en el lejano Yemen—, imágenes dramáticas y terribles que he vivido como espectador con la sensación de que poco o nada podía hacer.

Los constantes mensajes recibidos para que me quede en casa hacen que sienta que mi inactividad es necesaria, incluso heroica. Qué paradoja. Casi todos renunciamos a nuestras libertades, a nuestro sustento, a la vida tal y como la conocíamos por un bien común. Se habla de empatía y de solidaridad desde un sofá.

Los auténticos héroes no están encerrados en casa viendo series: los auténticos se la juegan todos los días sanando, cuidando, limpiando, sembrando, transportando o llenando nuestras despensas. Nosotros, los confinados, no somos más que piezas de este tablero a las que se nos pide, simplemente, que no estorbemos. Me siento como un soldadito de plomo en una estantería.

Soy cada vez más consciente de la relevancia de esta crisis. Usamos argot bélico, hablamos de que estamos librando una guerra, vivimos en las trincheras con muebles de IKEA. Hemos vivido, hasta hoy, con la sensación de que teníamos cierto control sobre nuestro destino y ahora la realidad nos dice que no, que nuestra vida puede cambiar en un momento. No sé de qué voy a vivir, pero tampoco sé si eso es realmente relevante, porque lo que nos jugamos es mucho más valioso que lo material. Estoy abierto a experimentar esta etapa dispuesto a renunciar a mucho de lo que tenía, pero no permitiré que esta situación me convierta en alguien peor. Quiero hacer de la necesidad virtud y ser algo más que un soldadito de plomo.