La biotecnología ante el COVID-19

Ana Polanco LUCHA CONTRA EL CORONAVIRUS

OPINIÓN

PILAR CANICOBA

08 abr 2020 . Actualizado a las 12:30 h.

Desde que saltasen las alarmas frente a la amenaza del nuevo coronavirus en diciembre del 2019 en Wuhan, China, la comunidad biotecnológica no ha parado de aumentar sus esfuerzos en el estudio del virus. El sector biotecnológico, como ya lo hizo en las crisis ocasionadas por otras enfermedades como el ébola, la gripe aviar, la tuberculosis o el sida, está redoblando su tarea en investigación y en el desarrollo de tecnologías y soluciones para frenar la pandemia.

En el caso de nuestro país, la comunidad biotecnológica está volcada en estudiar el virus y en desarrollar diagnósticos, tratamientos y vacunas que ayuden a proteger a las personas frente al virus SARS-CoV-2. Muchos centros de investigación y empresas españolas están trabajando, en colaboración con autoridades internacionales -como la OMS-, gobiernos nacionales e instituciones filantrópicas, para encontrar soluciones biotecnológicas ante la emergencia sanitaria. El sector biotecnológico está poniendo su trabajo, conocimiento y experiencia al servicio de todos para que cada día estemos más cerca de nuestro objetivo. Esa vacuna que logre doblegar a este virus. El CNB-CSIC, el ISCIII y el IRB, centros públicos de altísimo nivel científico y socios institucionales de AseBio junto con otros cinco centros de investigación de nuestro país, han sido seleccionados por la Comisión Europea para el desarrollo de nuevas vacunas, tratamientos y métodos diagnósticos. Pero tenemos que ser realistas con los tiempos.

Las vacunas son productos biológicos complejos y sofisticados. Su desarrollo supone un ingente esfuerzo en términos de tiempo y recursos dedicados a la investigación. De media, se emplean alrededor de 12 años y más de 500 millones de euros en crear una nueva vacuna de éxito. Si nos centramos en la vacuna para el nuevo coronavirus, la Coalición para la Innovación en la Preparación de Epidemias (CEPI por sus siglas en inglés) considera que necesita un tiempo de entre 12 a 18 meses para tener la vacuna lista y una inversión mínima de 2.000 millones de dólares. El reto, de una envergadura enorme, obliga a un ejercicio de transparencia y colaboración sin igual entre todos los agentes del sistema de ciencia e innovación para conseguir que este sector desarrolle todo su potencial para conseguir vencer a la pandemia.

¿Y qué más puede hacer la biotecnología en esta crisis? En el corto plazo, sin duda, aportar todas sus capacidades para lograr tener los materiales que permitan que los profesionales sanitarios puedan realizar su labor con todas las garantías de seguridad. En concreto, empresas asociadas a AseBio han desarrollado ya kits para la detección de COVID-19. Otras están trabajando en terapias que permitan mejorar la respuesta inmunitaria. Las empresas biotecnológicas españolas disponen, además, de la capacidad para el descubrimiento y desarrollo de nuevos fármacos, capacidad que se ha puesto a disposición de las autoridades sanitarias.

Pero además de atender lo inmediato, debemos comenzar desde ya a trabajar en el futuro, centrando todos nuestros esfuerzos en poner las bases para intentar minimizar pandemias futuras. Y eso solo pasa por seguir incrementando los recursos en investigación en un sector, el biotecnológico, que es intensivo en conocimiento. En 2018, la inversión en biotecnología supuso el 11,9 % del gasto total en actividades de I+D que se realizó en España; es decir, de cada 100 euros que se dedican a la I+D en nuestro país, casi 12 euros se dedican a la I+D en biotecnología.

Desde el convencimiento de que la ciencia y la innovación son nuestras mejores herramientas para enfrentarnos de forma exitosa a los retos a los que nos enfrentamos como sociedad, me gustaría celebrar las decisiones que la Administración, en sus diferentes niveles, está tomando para darle un impulso decidido a la ciencia como parte esencial en el camino que estamos recorriendo, a gran velocidad, hacia la solución de la actual crisis sanitaria.

La Comisión Europea ha hecho un llamamiento a startup y pymes con tecnologías e innovaciones que puedan ayudar en el tratamiento, prueba, monitorización u otros aspectos del brote del virus SARS-CoV-2. El Ministerio de Ciencia e Innovación, a través del Centro de Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) ha aprobado una serie de medidas urgentes dirigidas a empresas innovadoras para apoyar la I+D+I. Asimismo, el Instituto de Salud Carlos III ha puesto en marcha la convocatoria del Fondo COVID-19, con 24 millones de euros para proyectos de investigación frente al coronavirus. Todas estas acciones muestran apoyo y confianza en el sistema de ciencia e innovación para salir de las situaciones más difíciles. El sector biotecnológico está siendo parte de este esfuerzo colectivo a diferentes niveles, liderando y participando en proyectos que nos irán permitiendo dar pasos firmes hacia la solución de la pandemia.

Nuestra sociedad ha sido capaz de superar crisis sanitarias de gran envergadura como el ébola o el sida. El mensaje que quiero enfatizar es que vencimos a todas ellas del mismo modo en el que venceremos al coronavirus: sumando la respuesta de cada uno de nosotros.