Consejos para el confinamiento

Javier Guitián
Javier Guitián EN OCASIONES VEO GRELOS

OPINIÓN

PILAR CANICOBA

11 abr 2020 . Actualizado a las 09:46 h.

No soy especialista en psicología de crisis, es más, no entiendo el comportamiento humano ni en condiciones normales, osea que lo del confinamiento simplemente lo voy llevando. Sin embargo creo que puedo darles algunos consejos útiles para estos largos días en los que estamos inmersos. Vaya por delante que no es necesario cumplirlos todos a rajatabla, pero tomados relajadamente pueden ayudar.

En primer lugar, mantengan sus hábitos horarios en la medida de lo posible; si siempre han madrugado sigan haciéndolo, y si, como mi amigo Germán, se levantan sobre las doce, pues lo mismo. Una vez levantados no es bueno pasarse todo el día en chándal o en pijama, vístanse como si fueran a salir, aunque solo sea al balcón; cierto que nadie les visitará, ni el coronavirus, pero mejora la autoestima. Es importante señalar que salir al balcón o a la ventana, para ver el sol o tomar el aire, no es peligroso salvo que lo hagan por la parte exterior.

Sigamos. Recuerden también que sus hijos o mascotas fueron siempre así, lo que ocurre es que ahora pasan más tiempo con ellos; no se irriten ni les griten, simplemente se aburren, como nosotros. Por supuesto, y muy importante, no deben contar obsesivamente los rollos de papel higiénico, los paquetes de garbanzos, etcétera, que tienen en casa; si no están ahí lo más probable es que los hayan consumido.

Traten de evitar el exceso de información, produce estrés. Es suficiente ver las noticias una vez al día porque las cadenas tienen que rellenar seis horas de programación con lo que antes les llevaba unos minutos; lean el periódico. Aplíquense, especialmente, a hablar con los amigos, nos da tranquilidad, pero no olviden que los que antes de la crisis eran unos plastas lo siguen siendo, y, sobre todo, eviten que les cuenten lo mal que lo están pasando ellos; no les dejen ser los protagonistas.

Utilicen el tiempo para leer o para reflexionar, vean películas, les aseguro que es aconsejable siempre que no traten sobre crisis sanitarias o actúe Chuck Norris, y si escuchan música tengan cuidado con el reguetón: aunque no se han descrito interacciones con el coronavirus, recuerden que es igual de peligroso para la salud que antes de la crisis. En resumen, busquen siempre el lado positivo de esta situación: piensen que el vecino pesado no irá a visitarles, que estamos contaminando menos y que el número de robos ha descendido; puede que no sea suficiente, pero siempre hay algo bueno en medio de la tragedia.

No quiero trivializar la cuestión, sé qué es grave, pero a mí estos consejos me funcionan. Les cuento: ahora me voy a poner un traje para ir al baño, escucharé a Amy Winehouse y repasaré La Voz en la web. Después llamaré a mi mujer, que se pasa el día en el hospital, y a alguno de mis hermanos para ver como están. Finalmente prepararé la cena, que no serán garbanzos, y me iré a la cama a la hora de siempre.

Cuando mañana me despierte pensaré: «Ánimo, queda un día menos».