A propósito de los expertos

Luis Ferrer i Balsebre
Luis Ferrer i Balsebre LO QUE EL VIRUS SE LLEVÓ

OPINIÓN

Moncloa

19 abr 2020 . Actualizado a las 10:59 h.

En esta experiencia insólita que vivimos los medios de comunicación se llenan de «expertos». Todos los días saltan a la palestra desgranando opiniones de todo tipo: de economía, epidemiología, psicología, alimentación, virología, sueño, política... Existen tantas opiniones como expertos. Decía Niels Bhor, padre de la física cuántica: «Un experto es una persona que ha cometido todos los errores que se pueden cometer en un determinado campo».

La cuestión es exactamente esa, que todavía no hemos cometido todos los errores que se pueden cometer haciendo frente a esta situación desconocida hasta ahora como para que nadie pueda adquirir la categoría de experto. El problema que nos ha llevado al escenario actual carece de ellos, no existen expertos en pandemias globales, ni en virus erráticos y desconocidos, ni en confinamientos mundiales sin fecha de caducidad, ni en economía para desastres planetarios, ni en políticas idóneas a seguir en desafíos como el actual.

Quienes se postulan ante la opinión pública como expertos puede que lo sean en diferentes campos del saber, pero no en el que nos ocupa. No hay más que ver los bandazos, los errores, la ineficacia, la diversidad de planteamientos, las discrepancias. Nada, no sabemos nada todavía del enemigo que estamos combatiendo ni cómo hacerlo de la forma más eficaz. Es dramático ver como los expertos de todo pontifican desde un discurso que tiene poco que ver con la realidad que nos arrasa. Cualquier reflexión o medida que se tome se hace desde la ignorancia de un novato que, a lo sumo, solo puede ensayar ideas nuevas, pero no defendernos eficazmente con sabidurías de otro mundo. Se puede pensar cómo domar a un unicornio pero nadie lo ha montado jamás y a lo mejor de nada sirven, las riendas, las espuelas, los bocados, los estribos las sillas o los sillones.

Qué impacto psicológico tendrá esta experiencia, me preguntan ¡Yo qué sé! Yo lo que conozco es que impacto tuvieron las epidemias, las guerras, los traumas individuales, las pérdidas continuadas, la privación de libertad impuesta por la ley o el secuestro... Pero de esto, no tengo idea. Solo dispongo de la experiencia anterior y del pensamiento.

El profesor Sluzky -tras un comentario crítico que hice sobre una técnica durante un período de formación en Terapia de Familia- me contestó: «Continúe así, cabalgamos sobre hombros de gigantes, pero recuerde que a usted sobre todo le pagan por pensar». Por si sirve de ejemplo les diré que durante la catástrofe del Prestige yo era responsable de la salud mental del área sanitaria de A Coruña. Vinieron expertos de prestigiosas universidades y conferenciaron conocidos colegas mediáticos. Todos alertaron de una epidemia de síndrome de estrés postraumático en la población gallega. Nada de eso ocurrió y solo aumentaron los conflictos de pareja.