El lado bueno

Eduardo Riestra
Eduardo riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

Marta Fernández Jara - Europa Pr

20 abr 2020 . Actualizado a las 09:39 h.

Pero estos días tan difíciles y tan dramáticos también nos están trayendo cosas mágicas. Yo, por ejemplo, me he enamorado de Susana Griso. Tenemos una relación preciosa, en que ella, por las mañanas, limpia y fresca, casi sin maquillar, con el pelo un poco desarreglado, me mira sonriente y me va contando cosas de Todo Esto que está pasando, que diría Fernanda Tabarés. Después están los pájaros, que saben lo nuestro y celebran la vida sin coches en las calles, con su jolgorio de píos y gorgoritos. Los pájaros que, todo hay que decirlo, echan de menos las migas que dejan desperdigas las meriendas de los niños. En eso los pájaros también están mejorando su dieta. En las ventanas, unos minutos antes de las ocho, se adivinan los bultos de los confinados, que se van impacientando y terminan, como aquellos del Rocío que saltan la verja de madrugada, rompiendo en aplausos antes de tiempo, y ganándoles la posición a las sirenas de los barcos, que son quienes señalan la hora oficial desde los muelles de la Palloza. Pronto cumpliremos los cuarenta días que dan nombre al aislamiento, y hemos ya desarrollado manías y defensas, como los murciélagos ciegos que gritan para no chocar. Y así, en fin, «pasó un día y otro día, un mes y otro mes pasó», como diría Zorrilla, y al encierro le vamos encontrando su intríngulis y vamos intimando cada vez más Susana, mi mujer y yo. En Madrid sabemos que algo parecido les pasa a Rita Maestre y el alcalde Almeida. Y es que parece que la primavera avanza.