Bandera vs Virus

Miguel Niño
Miguel Niño REDACCIÓN

OPINIÓN

22 abr 2020 . Actualizado a las 09:11 h.

Una bandera inmensa, multicolor, de manos al aire en continuo y apretado ritmo de aplausos festonean todos estos días de alarma viva o cuarentena respetada, a las ocho de la tarde en toda España horizontal y verticalmente. Balcones, ventanas, púlpitos abiertos…En cada piso de los edificios de izquierda a derecha y de arriba abajo. En todos los sentidos. La bandera se estira hasta tocar el alma de cada persona.

Es la bandera de la unión, de la fuerza que comunican los golpes de las manos en un apretado aplauso a la misma hora. Y, no esa guerra de banderas enquistada que aflora otras veces frente a esos lazos amarillos provocadores y ladinos. Todo ello es parte de un momento gris de la historia de este joven siglo veintiuno español. Hoy, mientras el virus esté presente en nuestras calles desiertas y en los hospitales lacerando a los enfermos, lo que toca es colgar esa bandera de aplausos de nuestros balcones y ventanas.

La historia, en este caso será generosa con nosotros y en letras de oro se grabarán los nombres de esos anónimos sanitarios, funcionarios del orden y legiones de particulares que aportaron el grano de arena de la generosidad y el esfuerzo hasta la extenuación y la oferta de la propia vida. Es, sin embargo, el momento del presente. La historia, el futuro ya se encargarán otros de contarla a su estilo y manera. A nosotros nos toca, ahora, arrimar el hombro de muy distintas formas: unos en el trabajo del servicio a la comunidad y otros desde el silencio en casa, guardando la cuarentena. Todos unidos, haciendo frente a la pandemia, conseguiremos que su vida se acorte, y pronto disfrutaremos de la primavera.

Habrá que apretarse el cinturón, unos más que otros, como siempre, pero con imaginación. Este pueblo lo ha demostrado a lo largo de su historia, que la tiene superaremos esta V, a veces en forma de L, tanto de la enfermedad del virus como la de la economía resentida de hacer frente a la misma con medidas de «bajada de brazos» (parar las empresas) estos días o meses que duren las medidas consensuadas para dar la respuesta más sólida al interrogante  mortal de esta  «epidemia» que no respeta la edad ni condición humana. Desde esta humilde columna, mi gota de agua que con vuestro océano de amor purificaremos cada rincón del orbe de este virus traidor.