Desinfección por ozono

Manuel Luis Casalderrey
Manuel-Luis Casalderrey RINCÓN ABIERTO

OPINIÓN

13 may 2020 . Actualizado a las 09:21 h.

Existe una lógica inquietud por desinfectar para evitar el contagio por el SARS-CoV-2. Por ello hay establecimientos que han instalado ozonizadores. El ozono es una molécula inestable formada por tres átomos de oxígeno (O3), que se descompone desprendiendo un átomo de oxígeno para quedar como O2, que es la molécula estable del oxígeno. Debido a ello, el ozono tiene un poder oxidante muy elevado, y en esa propiedad reside su poder de desinfección.

El ozono estratosférico (la famosa capa de ozono) es beneficioso para la humanidad porque evita la llegada a la superficie de la Tierra de las radiaciones ultravioleta de mayor energía procedentes del Sol, que son dañinas para los seres humanos. Sin embargo, el ozono de la atmósfera más cercana a nosotros (troposfera) es un contaminante y resulta perjudicial para la salud. El ozono daña las células macrófagas (un tipo de glóbulos blancos del sistema inmunitario innato que intervienen en la defensa del organismo contra agentes patógenos) de los pulmones, y, así, disminuye su capacidad para eliminar microorganismos. Produce efectos irritantes en los pulmones y dificultades para respirar.

En consecuencia, la desinfección por ozono tiene sus dificultades porque no debe hacerse en presencia de personas y hay que dejar el trabajo en manos de profesionales acreditados.