Desinfección con radiación ultravioleta

Manuel Luis Casalderrey
Manuel-Luis Casalderrey RINCÓN ABIERTO

OPINIÓN

EDGAR SU | Reuters

22 may 2020 . Actualizado a las 09:01 h.

El espectro electromagnético es el conjunto de radiaciones que se propagan a la velocidad de la luz. De mayor a menor energía, son: rayos gamma, rayos X, radiación ultravioleta (UV), luz visible, radiación infrarroja, microondas, ondas de radio y televisión.

La radiación UV tiene longitudes de onda (distancia entre dos crestas o entre dos valles) comprendidas, aproximadamente, entre 1 nanómetro (nm) y 380 nm. Un nm es la mil millonésima parte del metro. El intervalo de la UV comprendido entre 200 y 300 nm es germicida, es decir, puede inactivar microorganismos: bacterias, virus y protozoos.

En el caso del SARS-CoV-2, la radiación UV es absorbida por el ARN del virus, produciendo daños que impiden que se reproduzca y, por lo tanto, infecte. La radiación UV ha de ser de una intensidad suficiente (superior a 12 milijulios por cm2) para que los microorganismos no puedan reparar el daño fotoquímico provocado por la radiación. Los emisores de luz UV usados en la desinfección deben emitir dosis de intensidad suficiente para garantizar que el daño causado en el virus no pueda ser reparado.

La radiación UV de este tipo no puede incidir en la piel de los seres humanos, porque provocaría serios daños en su estructura. La desinfección con radiación UV en probadores, ascensores, vehículos o billetes ha de llevarse a cabo en ausencia de personas.