Feminismo para todo el mundo

Jessica Castaño
Jessica Castaño REDACCIÓN

OPINIÓN

15 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Tanto el feminismo como el colectivo LGTBIQ hemos luchado juntos contra el «patriarcado», contra la supremacía del hombre heterosexual y contra la idea de que hay una única manera de ser hombre, la viril, la grave, la competitiva, la temeraria, la física, la que no llora, la que lidera. Porque el mismo machismo que ha aplastado a las mujeres ha fustigado también a los gays, a las personas trans, a los bisexuales y a los queer. A estos últimos les ha ridiculizado y perseguido por salirse de la norma, por no responder al patrón hegemónico de la heterosexualidad y de la identidad masculina.

Gran parte del feminismo histórico reconoce que las mujeres trans son mujeres, que deben tener sus mismos derechos y que sus reivindicaciones son las mismas. Sin embargo hay quienes se centran en si estas menstrúan o no, si podrán ser madres, si tendrán menopausia, o si podrán saber lo que es un aborto.

Yo me siento conforme con el sexo que se me asignó al nacer, y no por eso autoproclamo a las MUJERES, así, con mayúsculas, desde una posición dominante, creyéndome capaz de decidir quién entra y quien no en este movimiento, que es el feminismo.

Y para no enredarme más, creo que negar que el sexo es un espectro, es negar una realidad científica. Sería magnífico que llegara un momento en que no existiesen los géneros. Que casa persona vistiese como quisiera y eligiera libremente sus gustos, sin ser discriminada por ninguna característica asociada al género y su expresión.

Me parece que sería bueno debatir todos los problemas con el mayor número de ángulos posible y así no pasar unos colectivos por encima de otros.

Me da mucha pena ver cómo se enfrentan personas que quieren remar en la misma dirección. Suficientemente difícil es el camino como para ir peleando con quien tienes al lado. Más debate, más empatía y menos odio.