Pablo Iglesias tras la noche de autos

OPINIÓN

Fernando Villar | Efe

15 jul 2020 . Actualizado a las 12:15 h.

La vida de Pablo Iglesias después del 12J son dos hilos en Twitter y un puñado de fotos. Esta fue tomada en el Senado. Iglesias, con la cara del niño al que acaban de castigar sin recreo. Algo habrá hecho, dirán los psicoanalistas. La frente le hace olas. Menudo naufragio. En uno de los mencionados hilos de Twitter amado líder habla de la noche de autos. Derrota sin paliativos, escribe. Nos toca hacer una profunda autocrítica, escribe. Claro que todo el mundo sabe qué pasa cuando hay «autocrítica» en Casa Podemos. Pasa la purga. Pero hete aquí que poco queda ya por purgar. Contemplando esta foto, es imposible saber en qué ha invertido Iglesias la tinta de ese boli. ¿En tachar el nombre de Pablo Echenique, otro mudo súbito?, ¿el teléfono de Dina? Quién sabe si no ande en modo Jack, de El resplandor. O sea, que en los ratos de alivio que le deja el cargo se haya puesto a redactar una y otra vez la misma frase: ¿Pero es que nadie ve lo bien que lo estamos haciendo?