Pablo Iglesias baja a defender

OPINIÓN

Ballesteros | Efe

17 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Pablo Iglesias se colocó ayer en el saludo al rey tal que un futbolista formando una barrera. Le faltó vestir de corto, pero todo se andará. He aquí al líder de Podemos protegiendo, digamos, sus partes nobles. Como si Felipe VI fuera a ejecutar el lanzamiento de una falta. Iglesias no aguanta su mirada, quién sabe si su cerebro esté anticipando cómo, durante el salto, se le desprende el coletero y la cabellera al viento desvía el balón lo justo para que en las radios se escuche el inevitable gol en propia meta. Para algunos políticos la vida es, y mira que hay cosas buenas, lo peor del fútbol: plantillazo, patada a la espinilla, piscinazo. Estos días, cuando las urnas se vaciaron de votos de Podemos en Galicia y el País Vasco, su líder lanzó una maniobra de distracción: en España hay un debate sobre la utilidad de la monarquía. Luego bajabas al bar, ponías la oreja y, he ahí la cuestión, el debate que se escuchaba era sobre la utilidad de Pablo Iglesias.