Teodoro García Egea agarra la mascarilla como si la fuera a usar de honda en plan David contra Goliat versión escaños, pero introduciendo dentro no una piedra, sino su lengua. El que pueda, que se aparte. De la boca del secre general del PP, campeón de escupir cadáveres de olivas, están a punto de salir sapos y culebras contra el Gobierno Frankenstein, todo ello regado con la mágica coartada que usan los unos y los otros: por el bien de España. Lo malo de esta nueva moderación en el PP es que suena a lo de siempre, o sea, van a dormir al auditorio. Activemos España es un buen lema para un club de culturismo o de pilates. Este partido sigue obsesionado con que el país es un cuadrilátero. Casi se puede oír a Pablo Casado, toalla al hombro, vociferar desde la esquina ¡dales caña, Teodoro! Así no se gana un combate ni a los puntos, por muy sonado que esté el contrincante.