Feudalismo

OPINIÓN

26 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El feudalismo no ha muerto

La vida es corta o larga depende desde que ángulo se mire.

La vida, repetición de sucesos, de momentos, de cada uno enmarcado en un espacio y un tiempo lleno de sorpresas, sudores y su propia biografía escrita hasta el último detalle.

Hoy, en plena modernidad. El siglo XXI, disparado. La vida política española, acumula etapas, repite ciclos y las urnas nos ofrecen la generosidad de un derecho propio e intransferible.

El actual señor feudal, tiene ese detalle; consulta cada cuatro años por educación y cortesía constitucional la nueva formación del equipo de gobierno.

Los castillos, casonas, pazos, «caseríos», «cortijos»…, se han transformado en lujosos palacios con el adecuado  ornamento y dotados de las mas sofisticadas tecnologías para controlar el «feudo» hasta el más recóndito rincón.

Galicia, desde Santiago de Compostela y el País Vasco, desde Guernica y Vitoria, seguirán 4 años más administrando justicia, recaudando hacienda y prestando cuanto más recortados servicios a sus gentes: en unos con el bilingüismo: gallego-español; en el otro; euskera-español.

Así son las cosas. Hace poco más de 40 años un solo jefe desde el Pardo, decía: aquí estoy yo y…todos firmes. Ordeno y mando. Y, todos contentos.

Ahora, en esas nuevas sedes el poder que representa al pueblo está más compartido a través de todo un arco iris de partidos políticos.

Después del verano, Cataluña volteará las campanas llamando a las urnas. De nuevo todo un montaje de actos, soflamas, y, en el día D, de nuevo las urnas como juez y árbitro vigilante de la democracia establecida en el nuevo feudalismo español.

También con su correspondiente bilingüismo: catalán español.

Así, según su categoría irán llamando a las urnas el resto de las autonomías respetando su rango histórico y antigüedad en su reconocimiento. Diecisiete (17) autonomías, estados federales, o enclaves feudales -el nombre a gusto del consumidor- repiten las mismas rutinas que conllevan las elecciones cada autonómicas.

Así, poco a poco unos callando y otros actuando se va consolidando este régimen feudal que se va perpetuando en el tiempo.

De niño, en la escuela, repetíamos cantando en clase de geografía el nombre de cada provincia enunciando primero el nombre de la Región. Hoy, cantarán en unos sitios los conceyos, concejos, ayuntamientos, comarcas… Cada señor feudal, a su elección.