Una visión verde y optimista para la transición energética

David Díaz Delgado

OPINIÓN

La ministra de Transición Energética, Teresa Ribera
La ministra de Transición Energética, Teresa Ribera JAVIER SORIANO

04 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Recientemente tuvimos oportunidad de leer noticias relacionadas con la presentación del documento emitido por la Comisión Mixta para evaluar el impacto de la transición energética en Asturias.  Para conseguir que la evaluación de resultados  fuera más amplia y completa hubiera sido deseable que el grupo hubiera incluidos perfiles y sensibilidades diferentes y diversas. Echamos en falta más entidades relacionadas con la movilidad, otras asociaciones empresariales de alta representatividad o ONG ambientales de sobrado prestigio asturiano y estatal.

Tras la lectura detallada del documento ejecutivo, nos asaltan numerosas dudas sobre el valor real de dicho análisis, aunque parezca que el propio Gobierno y el Consejero hayan visto resuelto con él  todo el complejo tema que supone la transición energética en una comunidad como la nuestra, que hasta ahora ha caminado en sentido opuesto al camino que debe recorrer en este momento. No opinamos lo mismo.

No es nuestra intención hacer aquí un relato minucioso que recoja todas las discrepancias que tenemos con lo recogido en el documento, pero sí que entendemos imprescindible mostrar otro análisis y otro enfoque, muy diferente, no solo de la realidad sino de las posibilidades a medio y largo plazo,  señalando varias cuestiones de mayor calado

En primer lugar, creemos que el análisis debería abarcar más puntos de vista y otros tipos de repercusiones de la transición energética. Desde nuestro punto de vista las políticas deben tener en cuenta un equilibrio entre lo económico, lo social y lo ambiental. Son tres aspectos difícilmente disociables, por cuanto están muy entrelazados. Pero en el documento no hemos encontrado ninguna reseña sobre aspectos ambientales, socio-ambientales ni económico-ambientales, más allá de la relación directa con la lucha contra el calentamiento global y el cambio climático. 

Por dar solo un par de ejemplos:

1- no se evalúa cual es el impacto de la transición energética en la salud de las personas y la repercusión sobre las necesidades y el gasto en políticas de salud y sanitarias; es una aspecto muy importante en una región con mala salud y con tasas muy altas de dependencia  y envejecimiento.

2- tampoco se evalúa el impacto sobre la biodiversidad, siendo este uno de los objetivos del Pacto Verde Europeo, ni cómo puede afectar a las posibilidades de crecimiento por ejemplo en el sector del turismo rural, cultural y de naturaleza.

Resulta realmente curioso que al referirse a las energías renovables siempre se refiere al gran potencial de la energía eólica y a la biomasa. Debemos resaltar que, precisamente dentro de las energías renovables, las que mayor impacto ambiental generan son precisamente las señaladas por el Gobierno asturiano. Pero es que además, el potencial de la biomasa no es ni de lejos equiparable al potencial de aprovechamiento de la energía solar. Sin pretender quitar la importancia a un cierto uso energético de la biomasa a pequeña escala, es absurdo plantear que pueda ser algo estratégico por cuanto va en contra de la reducción de emisiones de CO2. Por eso entendemos que sería un error apostar por la biomasa cuando deberíamos apostar por la neutralidad climática

Estamos de acuerdo con el potencial y la necesidad de avanzar en la rehabilitación de viviendas para mejorar energética y también para mejora de la salubridad y la accesibilidad. Además, es evidente también que se avanza hacia el crecimiento del autoconsumo, tanto en el ámbito doméstico como en el de las PYMES.  En ese contexto, no encontramos explicación a que no se hable en todo el documento  de la  energía solar. Desde Equo proponemos un plan de «solarización» masiva en las ciudades y en las zonas rurales, en todo tipo edificaciones.  Esto repercutirá en un avance muy significativo en la transición energética, en la creación de empleo,  en la democratización del acceso a la energía y en la lucha contra el cambio climático.

Vemos con agrado que se apueste por la economía circular, ya que es uno de objetivos estratégicos de la UE, pero echamos en falta que no se mencione el enorme potencial para la creación de empleo en el sector de la gestión de residuos. Aún queda un largo camino para cumplir con todos los objetivos marcados por Europa en ese sentido, pero es bueno recordar también el lado positivo del cumplimiento de las exigencias legales para la creación de empleo. Según recoge el propio Plan Estatal Marco de Residuos 2016-2022, «se estima que si los Estados Miembros aplicaran en su totalidad la normativa vigente de residuos, se crearían más de 400.000 empleos en la Unión Europea, de los cuales 52.000 se localizarían en España».

El Plan de Residuos de Asturias no es una fortaleza, ha sido una herramienta insuficiente para cumplir los objetivos legales y no ha conseguido implementar realmente la economía circular en los diferentes ámbitos de la comercialización y consumo de alimentos y de todo tipo de objetos. De la misma manera no puede considerarse una oportunidad el modelo de gestión centralizada de residuos, pues, para algunas cuestiones ha supuesto más bien un lastre; de hecho, se está viendo que, de facto, se está tendiendo a la gestión descentralizada, especialmente en el caso de materia orgánica, tal como ya propusimos hace seis años en nuestro plan de residuos alternativo. Y ahora, en nuestro plan de Reconstrucción Verde planteamos la urgencia de la aprobación de una Ley Asturiana de Residuos y Economía Circular.

Entendemos que desde el gobierno socialista se haga una defensa de la regasificadora pero no debemos olvidar que se trata de una instalación declarada ilegal por  los jueces, que ha supuesto un despilfarro enorme de dinero público y que ya se ha visto que era totalmente innecesaria. Además, el gas natural no es más que un parche provisional ya que no ayuda a combatir el calentamiento global. Este Gobierno debería aspirar a vías más exitosas que satisfagan las necesidades públicas sin tener que bordear la ley.

Por último, que creemos que en el documento no se valora adecuadamente el potencial transformador y de creación de empleo del sector ambiental. Algunos ejemplos importantes en diferentes subsectores:

- La urgente necesidad de poner en marcha instalaciones para el adecuado tratamiento de aguas residuales,

- La necesidad de realizar estudios de evaluación de impacto ambiental,

- Proponemos además, la aprobación urgente de una Estrategia Asturiana de Educación Ambiental, para poder acelerar el proceso de concienciación de la ciudadanía y del tejido empresarial de la necesidad implementar lo antes posible la economía circular y mejorar los cuidados ambientales,

- Control, mantenimiento y puesta en valor (incluso con turismo controlado) de los espacios naturales incluidos en la Red Natura 2000.

Como resumen y conclusión, podríamos decir que el documento presentado por la comisión mixta para evaluar el impacto de la transición energética en Asturias hace un análisis muy escaso y más bien parece que está claramente dirigido a respaldar las políticas (erróneas) ya emprendidas por el ejecutivo socialista, en vez de servir de guía de asesoramiento fiable. Desde el partido verde vemos una oportunidad de oro, con muchos nichos de empleo verde por descubrir y desarrollar.

*David Díaz Delgado es coportavoz Alternativa Verde por Asturias Equo