El último Salmón de Canero

Pelayo Melón

OPINIÓN

Salmón
Salmón LEE SMITH

10 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Por suerte, para el salmón del Esva, esta afirmación no es verdad. En cambio, para los pescadores tradicionales puede convertirse en una realidad.

Haciendo caso a la más pura lógica y aplicando la racionalidad, todo nos hace entrever la futura prohibición del ejercicio de la pesca deportiva en la cuenca Valdesena. Esta icónica especie, seña de identidad del Principado y parte fundamental de nuestra cultura ribereña, no pasa por una de sus mejores épocas en el río mencionado.

Ahora bien, si realizamos un análisis cuantitativo y valoramos la incidencia que está practica conlleva asociado sobre las poblaciones residentes, rápidamente nos daremos cuenta que la citada decisión salomónica es la más fácil de aplicar. Pero, no será ni de cerca, la solución del problema. Y, si se adopta esta postura parasitaria exclusivamente, mal futuro tendrá el salmo salar del Esva. Analizando con detenimiento los recuentos de ejemplares, efectuados entre 2010 y 2019 (2011 no se realizó muestreo, capturas de ese año no añadidas), podemos observar un computo total de 2.041 ejemplares como mínimo, ya que son muestreos realizados en septiembre de forma cuantitativa en la zona media- baja de la cuenca, sin contar con los pulsos migratorios otoñales, debido a la imposibilidad de realizar las tareas de recuento con caudales elevados. Las capturas registradas durante este mismo periodo ascienden a 191 salmones. El porcentaje total de individuos extraídos por los pescadores tradicionales supone el 8,5% de la población migradora de retorno al hábitat fluvial. A la vista de estos datos, es obvio que la incidencia de la pesca tradicional no es la causante hegemónica del colapso poblacional. Sería un grave error considerar esta modalidad como el principal foco de la decadencia observada y no centrarse en los verdaderos problemas del ecosistema.

Mientras tanto, el populismo ecológico confluente de exlobbys, asociaciones, coordinadoras y grupos parlamentarios estará satisfecho si se produce tal prohibición. La cual concuerda con su frágil ideología transversal, focalizando actualmente los principales problemas de la especie en los pescadores tradicionales, sus asociaciones, las repoblaciones efectuadas y la nobel administración. Resulta paradójico y chocante cómo posturas tan antagónicas forman tal compleja alianza. Los hay que insinúan públicamente la necesidad de efectuar controles sobre las poblaciones de cormoranes. Otros son contrarios a los mismos y los defienden a ultranza. Algunos, a nivel nacional,, censuran el agravio animal, sin embargo, ven con buenos ojos la modalidad que acarrea dolor, sufrimiento y secuelas (en ocasiones la muerte) al salmo salar, con el único fin que el del disfrute personal. Incluso, los más osados vislumbran la practica del captura y suelta empleando cebos naturales. Si revisamos los manuales, del modelo de gestión clasista y elitista empleado en otros países, el cual, desean importar, observamos la falta de argumentos que avalen la mencionada práctica (C&S + cebo natural).

Además, sus asesores expertos en la materia, apoyándose en documentos y trabajos poco actuales, les inducen a pedir el cese de las repoblaciones. Tomando una visión global, sobre las repoblaciones efectuadas en el Arco Atlántico durante 2018(2019 no hay datos publicados), se observa, que España aporta el 5'8% de los 2.636.215 alevines marcados liberados (datos NASCO). La cifras totales de alevines marcados y no marcados empleados para la repoblación en el Arco Atlántico no son oficiales. Una estimación aproxima la cifra total a más de 10.000.000. Teniendo en cuenta, la infinidad de bibliografía contemporánea referente a las repoblaciones realizadas con genética autóctona y centros de alevinaje enclavados en puntos óptimos, todo ello englobado dentro de un enfoque multifactorial, observamos que las repoblaciones de mitigación se tornan en permanentes, siempre y cuando, no se actúe sobre los múltiples problemas que colapsan las poblaciones existentes.

Sobre su fijación obsesiva y continuas presiones, centradas en las escalas migratorias de Valduno para así pretender que los salmones concluyan su ciclo vital aguas arriba del entramado de canalizaciones y turbinas, nos dejan claro que su postura es la crítica destructiva sin más y la ambigüedad. Para ustedes, seguramente, La Mourienta (instalación hidroeléctrica en Trevias) incide menos sobre las poblaciones residentes del Esva que la pesca tradicional. Solo hace falta visionar el reportaje Las guerras del Salmón -en el que un anteproyecto de propuesta no de ley, filtrado intencionadamente, se cimienta entre otras argumentaciones-, donde se expone el efecto devastador de las presas y los generadores de fuerza electromotriz. Únicamente, cuando por orden judicial el río objeto del reportaje volvió a fluir libremente en época de migración descendente, los retornos de ejemplares adultos mejoraron de forma exponencial, destapando el poco fundamento solido de sus pretensiones.

Es una evidencia palpable que el efecto de la pesca extractiva sostenible en el Esva no afecta de una manera tan transcendental como los mencionados colectivos quieren hacernos ver. La autocrítica y reflexión será necesaria si se pretende revertir la situación, una simple veda poco la mejorará. Exclusivamente agradara a esa minoría que busca quedarse sola en los ríos, intentado que la sociedad más desconocedora en la materia criminalice al colectivo tradicional.