Si hiciéramos una encuesta en redes sociales y privadas sobre la gestión de la crisis del coronavirus en España, encontraríamos todo tipo de respuestas. Muchas serían viscerales, críticas o hipercríticas. Aunque también habría espacio para otras más mesuradas. E incluso positivas. Unos elogiarían el talante de Illa y Simón. Otros resaltarían la capacidad de comunicación y anticipación de Feijoo. Pero casi nadie podría, en buena ley, romper una lanza por los hechos y las palabras de Isabel Díaz Ayuso en Madrid.
Antes del covid, sabíamos de la querencia de la presidenta por las «soluciones creativas» y las frases chocantes y ocurrentes. A lo largo de estos meses hemos confirmado que le gusta ser siempre tendencia y acaparar titulares. Y también que su Gobierno nunca tiene la culpa de la delicadísima situación que vive Madrid.
Si otra administración da los datos que tú ocultas, es «ensañamiento». Si provocas una aglomeración de profesores con una convocatoria extemporánea, es un «hito sanitario». Que un vecino lenguaraz dice, con cierto sentido, que eres una «bomba vírica», dejas caer que los sanitarios cogieron muchas vacaciones. Y si tienes problemas para organizar la vuelta al cole, echas balones fuera e intranquilizas a los padres con un «todos los niños se van a contagiar». ¿Puede ser peor? Puede y lo será. Con ella no hay fallo. Esperen al siguiente trending topic.