Okupas y antiocupas

OPINIÓN

Concentración en defensa de los imputados por la ocupación de La Madreña.Concentración en apoyo a los encausados por la ocupación de La Madreña
Concentración en apoyo a los encausados por la ocupación de La Madreña

07 sep 2020 . Actualizado a las 13:56 h.

Este tema preocupa a mucha gente y hay personas mayores que realmente sufren el miedo a lo que puede pasar. De esto son responsables las empresas de seguridad y sus anuncios alarmistas, la prensa que prefiere vender clicks a ser rigurosa, y ciertos grupos políticos que comercian con odio.

Pero también en el lado progresista ha habido lentitud y  pereza para afrontar el tema y estudiar  si realmente hay fallos en el sistema con el fin de proponer soluciones. Por eso, como ecofeminista, creo que debemos comenzar a divulgar la realidad desenmascarando a los odiadores y su manipulación, pero también, evaluando los problemas y buscando soluciones de forma constructiva.

Sobre la manipulación de la prensa voy a poner tres ejemplos muy conocidos: Uno es el de la «nieta Okupa» que ha salido en todos lo medios. Es una tristeza que un abuelo y su nieta lleguen a esos extremos y sean pasto de la prensa de todo el país, pero eso no es un caso de ocupación de una vivienda por unos desconocidos y no se soluciona con una alarma sea de la marca que sea. ¡Es su nieta, por Dios!. Quizá con un buen servicio de mediación por una trabajadora social se arregle mejor que con la policía.

Otro es el caso del señor al que «podrían acusar de allanamiento» por entrar en una vivienda de su propiedad donde unos «Okupas» que llevaban seis años viviendo, se habían ido de vacaciones. Bueno, luego se supo que el señor alquiló la casa a una persona conocida sin contrato alguno, probablemente para ahorrarse unos euros en impuestos. Después, por la razón que sea, esas personas dejaron de pagar y él en lugar de acudir al juzgado parece que acudió a las bravas y a la televisión. También está claro que si tú alquilas tu casa a alguien no necesitas una alarma, y no es ocupación. Pero si la inquilina deja de pagar sí puede ser un problema grave para ti. Esto sí es un tema que debemos analizar con calma, pero no hay ninguna ocupación por sorpresa por desconocidos, es alguien que alquila y pasado un tiempo deja de pagar.

El tercer caso, que salió en la prensa regional, habla de un taller de coches que se traspasa. Alguien se hace con el taller, con toda la maquinaria, y presenta papeles firmados por el propietario y el anterior inquilino. Parece que después de dos años, la justicia da la razón al propietario y se acusa de falsedad documental al supuesto usurpador. Resulta evidente que hay lagunas en la noticia que nos cuentan, suena un poco extraño. Y en cualquier caso no es okupación, no es una vivienda, y hay documentos firmados, falsamente o no, que avalan un supuesto traspaso. Este caso nos sirve para reflexionar sobre cómo los datos que tenemos suelen ser de parte y muy incompletos. Por eso cuando hablamos que según el ministerio del interior en Asturias en 2019 hubo menos de 40 casos de ocupación de viviendas, tenemos que tener en cuenta que alguno de esos casos puede haber sido sobreseído posteriormente por la justicia. Las denuncias falsas existen, claro que sí, señores machistas, pero sobre todo existen en temas relacionados con el ámbito económico y de seguros.

Ahora bien, dejando aparte la desinformación, la okupación con «K» existe y tiene una reivindicación política detrás. Para quienes se pregunten de dónde viene la «K», es una infracción de la regla ortográfica usada para subrayar la intencionalidad de cuestionar las normas.

Una situación conocida en Asturias fue la de la antigua Consejería de Sanidad en Oviedo, reconvertida en La Madreña. He de reconocer que yo estuve allí en más de una ocasión, para acudir a reuniones o colaborar en tareas de acondicionamiento. Se trata de un edificio público que por una operación muy dudosa, queda vacío y abandonado. Es okupado para generar un espacio social y cultural abierto en sus instalaciones. Las personas que lo hacen no obtienen un beneficio directo y nadie resulta perjudicado. Si hablamos del patrimonio público, sufrió mucha más merma por «la gestión» del gobierno que por el movimiento de okupación. Poco hay que decir sobre esto, basta que deberíamos promover los espacios de reunión socio culturales y sobre todo  evitar que haya edificios públicos abandonados por la mala gestión. Este es un caso real de okupación política y no pretende más que beneficiar y enriquecer la población donde sucede. Relacionar todo el fenómeno de la ocupación con la okupación política, es un intento de criminalizar la protesta social y desvirtuarla para que la ciudadanía se sienta amenazada.

Ahora bien, ¿qué pasa con las viviendas particulares?. ¿Existe alguna  deficiencia en la Ley que favorezca su ocupación?. El Código Penal  recoge claramente el delito de  allanamiento de morada  en su artículo 202. Y habilita a la policía para actuar inmediatamente. Por morada no se entiende únicamente la residencia habitual, sino cualquiera de ellas, y es un delito permanente que puede denunciarse independientemente del tiempo que haya pasado. Además, el allanamiento de morada no genera derechos sobre la vivienda ya que en ningún momento la persona accedió legalmente a ella. Malas noticias para los vendedores de alarmas, puertas de seguridad, y domótica para fingir que las viviendas están permanentemente habitadas. Detrás de la manipulación mediática hay intereses económicos, pero ningún motivo real para tener miedo o desconfiar de que llegado el caso la actuación policial está garantizada.

Los casos reales de ocupación, los que se refieren a propiedades en desuso tomadas por desconocidos con escasos recursos y que generan largos procesos judiciales, también son una triste realidad que afecta al conjunto del vecindario y suelen convertirse además en puntos marginales. La desocupación en estos casos llega, pero llega tarde porque en muchos casos la justicia española no consigue la agilidad que se espera en su función. Lo más destacado de esa ocupación es que vuelve, las personas que no disponen de hogar sencillamente se ven obligadas a buscar otro mientras no existan soluciones  para ellas y encuentren una vivienda digna. Porque no nos equivoquemos, nadie malvive pudiendo elegir. La solución definitiva de  la ocupación pasa por la intervención social, la jurídica sirve solo para cambiar el problema de sitio.