La manicura de Santiago Abascal

OPINIÓN

Mariscal | Efe

23 oct 2020 . Actualizado a las 09:38 h.

Santiago Abascal va a necesitar otra manicura. Presentar una moción de censura desgasta hasta las uñas, sobre todo cuando se dan zarpazos a diestra y a siniestra. Derrotado muy por los números y mucho por los discursos, que diría Rajoy, el líder de Vox se recrea contemplando sus garfios, como si con él no fuera el tortazo, acaso pensando en pedir cita para reesculpir los cascos de los dedos, o quién sabe si calculando cómo afrontar el pago del súbito chalé. Sobre esto, puede pedir consejo al vicepresidente o a una ministra: no hay como asomar la patita por las Cortes para mudar piso por casa con jardín. El hombre de la Smith & Wesson acaba de pegarse un tiro en el pie, casi huele aún a pólvora, aunque los designios de Tezanos son inescrutables: igual en sus sondeos sale disparado; ya estamos curados de espanto. Pasó la moción, pero quedará el poso de que hay hombres con antojo de Moncloa a los que les preocupa más el bienestar de sus uñas que el de sus conciudadanos.