E-moción y cambio de rumbo

Nieves Lagares
Nieves Lagares FIRMA INVITADA

OPINIÓN

Mariscal

25 oct 2020 . Actualizado a las 10:10 h.

Puede ser que la moción de censura de Abascal no merezca ni una sola línea pero también puede ser que en su dislate, Abascal le haya hecho un enorme favor a una legislatura condenada al desencuentro centrípeto y orientada al choque continuo de actores antagonistas.

Fue la primera e-moción de las cinco presentadas hasta el momento, obligados a reducir el aforo del Parlamento pero ha sido una e-moción sin emoción, porque ni había calor en la grada ni incertidumbre en el resultado, y así la competición se torna, irremediablemente aburrida. Y lo peor, a los ciudadanos nos importaba un rábano!

¡Ya les vale, con la que está cayendo..! me espetó Tati mientras me preguntaba si de primero quería xoubas o caldo, y me mostraba su cabreo por las dificultades que atraviesan negocios como el suyo, en el que ella y su familia, todas mujeres, resisten cada día sin perder la sonrisa y sin bajar la atención. Pequeños empresarios como Tati y trabajadores en dificultades, expectantes ante el rumbo de la pandemia mientras sus señorías dedican el tiempo a frivolidades propias de su cargo y condición.

Y cuando todo parecía decantado para que Sánchez saliera reforzado y que Casado se enfrascara en disputar a Abascal la hegemonía de la derecha, porque de eso iba esta moción de censura, Casado se dio la vuelta, dejó a su espalda a la extrema derecha y miró hacia el centro.

Un plante mayor que el de Aitor Esteban; ahora sí la moción era una patochada; ahora, por primera vez, y cuando menos se lo esperaban, el PP respondía al arrastre de la extrema derecha cambiando de rumbo y mirando al centro.

Y es que Casado entendió que la moción de censura no era contra Sánchez sino contra él y contra el PP, en la lucha de VOX por imponer la agenda de la derecha.

No sé lo que se puede esperar de este giro de Casado; ojalá no sea simplemente táctico y le lleve a encontrarse con el PSOE, al menos, en la lucha común contra la pandemia y en la búsqueda de soluciones por las que esperan hombres y mujeres como Tati.

Sea como fuere, Casado ha cambiado el rumbo, para encontrarse en el centro o para competir por él, o incluso las dos cosas; porque cualquiera de estas cosas que haga mirando al centro, solo las podrá hacer desde políticas centradas que son las que benefician a la mayoría de los ciudadanos de este país.

Si el bipartidismo generaba un exceso de coincidencias en su búsqueda del centro político, el dominio de la política centrífuga imposibilita el entendimiento y da lugar a situaciones tan absurdas como el esperpento de Madrid. No se trata de que PP y PSOE coincidan; se trata de que ambos miren al centro, donde la discrepancia política tiene límites, y se puede colaborar y competir a la vez. Cuando los partidos y los ciudadanos miran a los extremos, el desencuentro está servido, por definición.

Y Podemos tiene que asumir que su papel es ser el contrapeso del PSOE, pero no puede dirigir el horizonte político del país.

Sánchez salió victorioso, no lo duden; pero Casado salió renacido y ahora mira a donde puede ganar. Colaborar y competir, las dos cosas son compatibles si se mira al centro.

Ah! y Abascal? … una patochada!