Los indultos del pato cojo

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

KEN CEDENOPOOL

05 ene 2021 . Actualizado a las 08:54 h.

Lame duck o pato cojo es como se denomina al presidente de los EE.UU. en las últimas semanas de su mandato. Se considera que, pese a su poder ejecutivo, son pocas las cuestiones que puede resolver antes de pasar el testigo a su predecesor. Sin embargo, Donald Trump, el 45 presidente de los EE.UU., el sexto en no ganar una reelección, además de negarse a reconocer que no va a continuar en el cargo, sigue llevando a cabo acciones que, no solo desconciertan a diestro y siniestro sino que están rompiendo con lo que se consideraba la buena práctica en el Gobierno.

En los últimos días no solo se ha resistido a firmar el difícil acuerdo al que llegaron los demócratas y republicanos para aprobar el estímulo presupuestario de ayuda a los ciudadanos norteamericanos más perjudicados por la pandemia alegando que la cantidad que cada persona merece no es la acordada de 600 dólares sino de 2.000, sino que, en un ejercicio de nepotismo, ha otorgado el indulto a 29 más que cuestionados personajes.

El primero, el director de su anterior campaña, Paul Manafort, condenado por cooperar con la interferencia rusa en 2017. Otro de los indultados ha sido su exasesor, Roger Stone, condenado por haber mentido en el Congreso sobre su intento de contactar con Wikileaks. El tercer indultado ilustre es su consuegro, Charles Kushner, condenado por evasión fiscal y chantajear a algunos testigos.

Pero, el indulto que realmente ha levantado un gran revuelo, es el que ha concedido a cuatro guardias de la empresa Blackwater, contratada para garantizar la seguridad de los estadounidenses en Iraq tras la invasión de 2003. Fueron condenados por la masacre de 14 civiles en la plaza Nisour de Baghdad en 2007. Y es que, de los 29 indultados - 3 de ellos con pena conmutada-, solo los empleados de Blackwater tiene delitos de sangre. La indignación de los iraquíes es inmensa ya que este indulto añade el insulto de no considerar que la vida de sus conciudadanos merece que se cumpla la sentencia completa.