Reconstruir un país roto por el populismo

Rosa Paíno
Rosa Paíno APUNTES

OPINIÓN

21 ene 2021 . Actualizado a las 09:23 h.

Joe Biden se enfrenta a la titánica tarea de cerrar la herida abierta por el populismo. La reconstrucción de un país roto después de cuatro años de desvaríos, insultos y mentiras de Donald Trump. Un punto de partida ha sido su discurso de toma de posesión con su llamamiento a unir a los estadounidenses para resetear la ruptura iniciada en el 2017. Nada que ver con el pronunciado por su antecesor. Que se saltó a la torera las solemnes e integradoras intervenciones de los presidentes estadounidenses y optó por un discurso mitinero, incendiario, divisor, vengativo y lleno de exabruptos contra la casta política. El mandato de Trump comenzó con una mentira -«ha sido la jura más multitudinaria» - y terminó con otra -«el triunfo de los demócratas ha sido fraudulento»-. El America First más bronco y los «hechos alternativos» -término inventado por Kellyanne Conway para manipular la verdad- comenzaron a extenderse por todo el territorio dando alas a supremacistas y demás ultras.

Biden devolverá la decencia a la Casa Blanca. Pero ¿cómo volver al punto de partida? ¿Cómo frenar al trumpismo, al racismo y al odio al inmigrante, a los teóricos de la conspiración...? A su favor tiene el control por los demócratas de las dos cámaras del Congreso, un equipo de Gobierno de veteranos recuperados de la era Obama y una resolutiva vicepresidenta.

Trump deja el país como el terreno devastado por un tornado. Entre los damnificados está el Partido Republicano que se ha dado cuenta, aunque tarde, que dar alas al populismo de la derecha alternativa, los alt-right, cultivada en el Tea Party y curtida en el poder del trumpismo le ha salido caro.

Pese al desplante, la ausencia de Trump de la toma de posesión ha sido un alivio. El sueño de casi todos, incluidos los republicanos, es que esa ausencia se mantenga en los próximos años y el país se libre de una figura malsana. En los próximos meses se verá si el magnate empieza a asimilar su fracaso y desaparece definitivamente junto al trumpismo. Ahora mismo una utopía, pero solo así será posible que Estados Unidos recomience su historia democrática.