
Los barrios. Mi ciudad tiene barrios. ¿La tuya?
Resulta que hace ya un año largo se escapó, dicen, de China una figura redonda con pinchos de colores raros y que no dejaba olor ni cosas raras a su paso. Se dirigía de un lugar a otro, siempre de incógnito.
Pero, un día se encendieron las luces de alarma: las UCI de los centros hospitalarios se colapsaron y las listas de espera se iban alargando hasta llegar a los barrios.
Sí, los barrios. Porque mi ciudad tiene barrios. ¿La tuya?
Pasaron los días, los meses y están ya pasando los años. Se encendió la luz en lo alto del cielo, brilló la estrella de oriente y la salvación se acerca a la humanidad. Son esas vacunas que la ciencia en su prodigio de sabiduría infinita ha procesado en tiempo record para que los humanos alcancen la inmortalidad.