Es un pecado

OPINIÓN

06 feb 2021 . Actualizado a las 14:54 h.

No es difícil reconocerse en ese grupo de amigos que a principios de los ochenta llega a Londres para comerse el mundo. Qué diferente era aquella realidad de la que manejan los chavales que hoy tienen 18 y que acaban de arrancar la que debería ser la etapa más emocionante de su vida en esta agotadora suspensión de la vida en la que estamos. La serie se titula It's a sin y la firma el autor de Years and years y Queer as folk, una de las primeras que arrancando el milenio retrató la vida de un grupo de amigos gais sin los tapujos, los remilgos o las vergüenzas con los que hasta entonces habían sido contados. En pantalla los chicos se morreaban y fornicaban con la misma piel que hasta entonces solo vestían personajes heteros.

En esta nueva historia de Russell T. David, que ha elegido para su título una de las canciones himno de los Pet Shop Boys, el futuro de esta pandilla que podía ser la mía se quiebra de forma brutal por la aparición del VIH, un rumor inicial que viene de Estados Unidos y que quiebra con una crudeza bestial a toda una generación.

Es fácil comparar los miedos iniciales en torno a aquella enfermedad con los que ahora desata el covid, como si el VIH fuese un guion base que, con sus matices, ahora volvemos a interpretar. La desinformación inicial, la certeza posterior, los prejuicios, la vergüenza, la culpa, la desigualdad en el acceso a los tratamientos y la convicción de que después de aquello, nada volvería a ser igual.

It's a sin llega cuarenta años después de que Rock Hudson confesara al mundo que estaba enfermo y que era homosexual. En aquellos años, padecer el VIH fue considerado por algunos un castigo divino contra el vicio y la perversión. Provocó tanto sufrimiento... Pero de alguna forma el proceso de normalización de la homosexualidad también arrancó en esa prueba terrible a la que muchos fueron sometidos. Hoy el ministro de Interior de España es homosexual y está casado con un hombre, una circunstancia impensable cuando aquellos chavales esperaban los resultados de sus pruebas como si fuesen una ruleta rusa, tú sí, tú no...

No sé cómo retrataremos Todo Esto dentro de 40 años. Se están haciendo ya ejercicios de proyectiva como uno reciente de The Economist. El titular principal, nada volverá a ser como era.