Se llama Isabel como Isabel I, La Católica que fue la primera de la Historia de España, como la II que reinó en el XIX, como tantas otras reinas de la larga y polvorienta historia de Europa.
Se llama Isabel, pero no tiene sangre de reina ni desciende de la pata del Cid.
Sí tiene del mismo apellido del guerrero: Díaz. Más no es de Burgos.
Ella es de Madrid.
Hoy, en plena pandemia ocupa las primeras páginas de los medios, tachona las pantallas, electriza las redes.