Vuelta a la normalidad

OPINIÓN

María Pedreda

07 mar 2021 . Actualizado a las 12:11 h.

El año 2020 ha sido aciago. Todos nos preguntamos si podremos volver a la normalidad y cuándo podríamos alcanzarla. La verdad es que nadie lo sabe. Depende de varios factores: contagios, vacunación, tratamientos y variantes de virus.

Las medidas de higiene, mascarilla, distancia social y confinamiento han demostrado ser eficaces para disminuir los contagios del SARS-CoV-2. Sin embargo, mientras haya personas infectadas, en cuanto se liberan las medidas, el virus sigue circulando y mutando.

La vacunación es la medida preventiva más eficaz, evitando muertes y secuelas. Las vacunas desarrolladas en tiempo record es el mayor éxito alcanzado en nuestra historia reciente. Además, se ha visto en países con gran parte de su población vacunada, como Israel o Inglaterra, que disminuyen los contagios; y aunque las personas vacunadas puedan contagiarse, no enfermarán, y el virus no encontrará personas a quien infectar. Cuanto antes vacunemos, en todo el planeta, mejor.

Aunque las personas vacunadas puedan contagiarse, no enfermarán, y el virus no encontrará personas a quien infectar

Los efectos de la infección y secuelas son tremendos, pero se ha aprendido mucho de la enfermedad y a tratar mejor a los pacientes. La combinación de dexametasona y un anticuerpo monoclonal para bloquear la inflamación pulmonar en pacientes graves; el antiviral remdesivir, prevención de trombos con anticoagulantes y control de vitamina D. También la transferencia de plasma, concentrado de anticuerpos, anticuerpos monoclonales para neutralizan al virus, y muchos más tratamientos en ensayos clínicos.

El virus SARS-CoV-2 muta al replicarse, aunque no tanto como otros virus (HIV, gripe). Cuantas más personas se contagien, mayor es la posibilidad de que surjan nuevas variantes, y que las que se expandan sean más infectivas. El problema surge si las mutaciones afectan a la respuesta inmunitaria. Por ahora hay pocas reinfecciones, hay memoria inmunitaria (al menos 8 meses, por los últimos estudios, pero podría ser mucho más), y las vacunas previenen de la enfermedad causada por casi todas las variantes (sobre todo las predominantes europea y británica). Pero si hay que modificar la vacuna, se hará rápidamente.

La solución es poner cerco al virus con todas las medidas a nuestro alcance. En mi opinión, este virus ha venido para quedarse, y solo cuando se alcance un porcentaje alto de inmunidad comunitaria con la vacunación, podremos volver a una “cierta” normalidad. Si no bajamos ahora la guardia, podemos empezar a ser optimistas.