Hoy seremos llamadas irresponsables y feminazis. ¡Todas! Por algún niñato que se burla de las abortistas en un meme, por algún joven que se las hace de intelectual por estar unido a la página de memes de ciencias sociales, por algún señor conservador taurino que también le echa pestes a la comunidad LGTB por pecadores, o, peor todavía, por alguna hermana cegada que aún no sabe el significado de la sororidad y está alienada por la normalización de las actitudes machistas.
Dejarse llevar por discursos paternalistas que nos «dicen» lo que debemos hacer o por imágenes en Internet que dicen: ni machismo, ni feminismo; igualitarismo. La igualdad se defiende desde casa. Si eres una mujer íntegra, quédate en casa. Es un grave error. Déjenme romperles el corazón, el humanismo y el respeto es otra cosa. Viven en mentiras creadas por ignorantes estrafalarios.
Nosotras, días como hoy, luchamos, nos reivindicamos, nos propagamos y alzamos la voz y, hoy, más que nunca, siendo conscientes del momento que nos está tocando vivir y de los riesgos, pero sin tolerar que técnicas patriarcales nos revuelquen la mesa y lo pongan todo al revés. Porque nuestra lucha no es negociable.
Y no es negociable porque estamos ante un momento político en el que algunos sectores sociales y fuerzas políticas ultraconservadoras criminalizan el feminismo, niegan la desigualdad estructural entre mujeres y hombres y pretenden hacernos volver a la España en blanco y negro. Porque se estan usando muchos argumentos falsos para invisibilizar a un movimiento que da miedo. Porque estamos en cada plaza, en cada despensa solidaria, en cada red de cuidados... porque somos diversas en nuestro trabajo, en nuestra edad, en nuestra procedencia, en nuestro lugar de residencia... somos diferentes, pero unidas en un gesto común de lucha y empoderamiento femenino porque todas somos el símbolo de la heroicidad en cada casa y en cada puesto de trabajo.
¡Porque somos esenciales!