Ada Colau huye de Twitter

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

Pilar Canicoba

13 abr 2021 . Actualizado a las 11:47 h.

Las redes sociales son una autopista franca y la guerra de las galaxias de la comunicación. Han cambiado de forma bestial nuestra manera de hablarnos, de debatir. El problema de las redes sociales solo es uno. Que algunos las utilizan dando la cara y otros lo hacen escondiéndose en cobardes seudónimos. O con nombres falsos que les dan impunidad para todo. Como ha sucedido siempre en la vida (los pasamontañas, las pintadas anónimas). Las redes sociales también tienen un límite a su inmensa libertad: el de las leyes. Los políticos saben bien cómo funcionan y las exprimen al máximo. Ada Colau, con un millón de seguidores, ha decidido plantarse y dejar Twitter. Tiene narices que la mujer de las plataformas ciudadanas, la principal defensora de primero la gente, pasando por encima de quien sea, ahora le dé reparo seguir en una red social, porque es mucho el veneno que tiene que tragar. Continuará en Instagram y en Facebook, pero huye de Twitter cansada de la barra libre de quienes incluso con bots comprados, según ella, la ponen a parir con mentiras desde la ultraderecha. Ada Colau demuestra con este gesto enorme que cada vez es más casta. Solo quiere leer a los suyos. El elogio debilita. Ya es una lideresa. Ya no es la mujer que era una más en las manifestaciones por los derechos civiles. Dice que Twitter la consume, pobre. Que hay demasiado odio. Y que ella opta por el amor. Grande, Ada Colau, alguien que llegó a donde está a base de ser el bebé en el nacimiento, la niña en la primera comunión, la novia en la boda, etcétera. Opinaba hasta del color verde de los árboles verdes. Es droga dura que Ada Colau precisamente nos venda su marcha de la barra libre y libertina de Twitter como una depuración exquisita y zen al servicio de los votantes y los habitantes de Barcelona: «Para ser mejor política». Me hace el paseo de Gracia entero lo mucho muchísimo que se quieren a sí mismos los personajes públicos. Públicos simplemente cuando les interesa. Me parto con esta retirada meditada desde su cumpleaños, porque ha descubierto que en las redes hay basura, como en la vida. Las redes las usan humanos. El problema no está en la herramienta. Está en el uso y el abuso. Ada Colau lo que hace es convertirse en exquisita y huir. Quiere elegir quién y cómo la critican. Nada como el poder permite que se vea cómo somos en realidad. Dale un cargo y lo conocerás. Ada no es pueblo. Es élite.