Debate y gresca

Carlos G. Reigosa
carlos g. reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

26 abr 2021 . Actualizado a las 09:17 h.

He escuchado y he leído tantas opiniones distintas sobre el único debate de todos los candidatos a la presidencia de la Comunidad de Madrid que no estoy en condiciones de afirmar que nos hayan aclarado algo. De hecho, la porfía ha terminado en unos raros equilibrios que ni siquiera sabemos si se les puede llamar así. Es como si la memoria del forcejeo verbal fuese un confuso empate que ya solo podrían zanjar las urnas. 

No obstante, alguna cosa sí pareció quedar clara. Por ejemplo, que Gabilondo, a la vista de las encuestas, se ha mostrado dispuesto a pactar con Iglesias, sin ni siquiera saber si este puede mejorar los malos resultados que le otorgan las mismas. Cabe suponer que el líder de Podemos se pliegue a la luz de sus escuálidos resultados, pero tendrá la ocasión de fijar contrapartidas. A la vista de los votos que se le atribuyen al PP de Isabel Díaz Ayuso, el PSOE necesitará contar con todo lo que pueda sumar en el margen izquierdo. Lo cual es factible, pero nadie puede asegurar aún que sea suficiente.

En esto estábamos tras el único encuentro en el que aceptó participar la presidenta de la Comunidad de Madrid. Pero el viernes continuó el debate en la cadena Ser entre todos los demás candidatos. Y allí estalló la gresca entre Rocío Monasterio (Vox) y Pablo Iglesias (Podemos), con un duro intercambio de frases. «Si no se retracta, nos vamos», dijo Iglesias. «Lárguese, valiente», respondió Monasterio. Iglesias sentenció entonces que «se acabaron los debates con la ultraderecha», y se fue de la sala.

Caben varias interpretaciones de lo ocurrido, que ya circulan por ahí. Según la más socorrida, Iglesias, descontento con sus previsibles malos resultados, habría decidido aprovechar el choque para reajustar los ejes de su carreta. Pero ¿quién está en condiciones de sostener esta afirmación sin más datos que los hasta ahora conocidos? El tono de Rocío Monasterio estuvo fuera de lugar, cierto, pero Pablo Iglesias también ha frecuentado salidas de tono a menudo. Lo cual me lleva a pensar que todos quieren mejorar su posición como sea, y buscan un modo de reflotar sus posibilidades en la próxima cita electoral. En ello están. Porque saben que, de no cambiar nada, tal vez seguirá Isabel Díaz Ayuso (PP) al frente de la Comunidad de Madrid.